Éste es un filme incomodo, algo exigente de ver, de esos que poco se difunden, es un documental poco original si se quiere también, pero bastante competente, deja en claro su punto, lo que quiere hacer notar y hacer pensar. El filme del cineasta y filósofo judío Avi Mograbi analiza como Israel tenía -y tiene en otro ámbito- sojuzgada e invadida Palestina, en la zona de la Franja de Gaza especialmente. Es raro ver a un judío ir contra su país, más allá de lo coherente que sea (o idealista), pero puede tratarse de defender al débil e ir contra el abuso, la violencia además, la muerte de paso y el continuo estado de tensión y guerra entre dos países que comparten territorio. Pero donde uno más poderoso hace lo que quiere con el otro, aun cuando Palestina es un hueso duro de roer, están llenos de dignidad y valentía y se defienden con fuerza, también propiciando violencia y muerte, aunque en menor medida, propio de que su poder es bastante inferior, es ahí que Israel teje y desteje más acciones. Lo que muestra el filme son 54 años de invasión y dominio de Palestina por Israel. Palestina es empujada a defender su territorio, y esto hace que aparezcan terroristas también. Así como todo israelí es un militar en potencia, la mayoría debe servir, antes de los 40, cuentan con todos, los palestinos simplemente se vuelven violentos, ser o no ser terrorista es lo de menos, es defenderse ante todo, hay mucho odio sembrado ahí. Mograbi sale intelectualizando el tema, simplemente sentado en una sala fumando y hablando directamente, pero con suma inteligencia, aunque le pone algo de ironía, que es lo de menos, la cosa va en serio. Su defensa puede ser vista como unilateral y polémica, pero sin duda tiene mucho de realidad y verdad, además muestra archivos, imágenes donde exhibe lo que se está hablando y son hechos que denotan autenticidad. El filme consta de entrevistas, ex soldados israelíes cuentan lo que han hecho en la Franja de Gaza, hay gente de diferentes décadas. Las voces recolectadas son unánimes, Israel despliega fuerza, violencia y abuso sobre los palestinos. Se hace énfasis en el uso de palos de madera con los que se golpea hasta a niños de 8 años que son los que suelen tirar piedras a los soldados. Estos soldados israelíes deben dar el ejemplo frente a otros, temen la insurgencia, mostrar debilidad y no demoran en golpear a quienes los reten. Por el final la cosa se pone escabrosa, fea, las entrevistas se convierten en anónimas, se habla de asesinatos mandados y de arrasar con zonas de habitantes palestinos, destruirles las casas para borrar huellas, esto son solo 20 minutos, el resto es un análisis sesudo de como cree Mograbi piensa y se articula el ejército israelí en las zonas de conflicto con los palestinos. Todo es por defender a los colonos judíos y querer arrebatarles el territorio y botarlos del lugar a los palestinos. Éste deseo lleva a la policía de inteligencia israelí a hacer planes para humillar y destruir a su enemigos, a los palestinos; se ve hasta que por nada se meten en casas y despiertan y revisan hasta a los niños que miran sorprendidos. Los soldados israelíes comparten haberse llevado por su juventud, la extrema libertad de acción, el miedo a represalias ajenas a sus compatriotas y un nacionalismo exacerbado, todos han practicado algún tipo de abuso, violencia, incluso hasta intimidar a mujeres mayores como se ve en una fotografía emblemática. A la mayoría de soldados judíos que son entrevistados y dan sus confesiones de su servicio militar se les percibe cierto mea culpa, aunque minimizan su accionar deleznable por el orden de cierta guerra y de algo superior, una estructura ideológica con tentáculos en agentes especiales liderando un colectivo medio autómata, concientizado. Pero todos estos soldados declarando -que son muchos y están de principio a fin en el documental- sienten que han sido los malos de la película, aunque mayormente aparecen tranquilos, solo uno que otro está nervioso o avergonzado. El filme maneja tres frentes, a Mograbi analizando como guía intelectual y reflexivo todo el panorama, punto por punto; a los soldados contando sus memorias, el trato que daban a los palestinos, la mayoría de soldados no son muy viejos; y con ellos imágenes de archivo de primera mano muy precisos y algunos soportes visuales explicativos como mapas. Es un filme que te dará mucha información, pero puede que alguien muy entendido no lo halle demasiado revelador, aunque oír las voces directas de los tantos soldados judíos es de suma relevancia, de que muchos no están de acuerdo con lo que viene haciendo su país. Mograbi es enfático, su análisis pone toda la carne en el asador, no le tiembla la mano para decir lo que piensa, aun yendo contra su nación.