El departamento de Ciencias de la Conducta del FBI en
Quantico, Virginia, tiene a un profesor muy especial, el joven Holden Ford (Jonathan
Groff), que es un hombre -en apariencia- muy formal (su traje de sastre es parte de la
identidad de su personalidad), pero audaz, inteligente, imaginativo, quien
aplicará su ímpetu, instinto y buena cabeza a la investigación de la conducta y
psicología de psicópatas asesinos, aunque con autocomplacencia, un gran ego y
vanidad. Todo esto es algo nuevo para la ley para el año en que se
contextualiza la serie, 1977. Aun la policía cree en la conducta normal del
criminal, la de tener siempre algún motivo, generalmente la codicia o la
necesidad, pero hay un nuevo criminal suelto en Estados Unidos, y es cuando el
departamento de Ciencias de la Conducta a la cabeza de Holden Ford acuña un
nuevo nombre, el de asesino en serie.
El departamento de Ciencias de la Conducta está en pleno
ejercicio de consolidación, están desarrollando un nuevo estudio sobre
criminología, para ello Holden Ford se hace de 2 aliados, compañeros. Entra a tallar Bill Tench (Holt McCallany), un hombre en los
cincuenta, un típico policía rudo, pero también muy inteligente, consciente, de
comportamiento fresco y suelto con una existencia tensa. Tench es un ducho profesor
itinerante de la ciencia de la conducta criminal, y pronto queda identificado
con Ford. Luego el tercer puntal del departamento es la psicóloga y estudiosa
de criminología Wendy Carr (Anna Torv), una mujer bella, sexy –nunca deja los
tacos altos- pero ultra racional, seria y ética, tiene una dominante aspiración
académica. Los 3 se conocen sin tanto rodeo –la serie va al grano rápido- y pronto
se unen para éste proyecto -que como la mayoría parte de nada- de querer detectar
como piensa el asesino en serie, buscan hallarle una lógica al nuevo depredador
americano, sistematizar patrones a su aterradora crueldad y frialdad, que por
la fecha era prácticamente inexplicable e incomprensible.
Los asesinos en serie son como sabemos lo peor de lo peor, y
solían ser vistos solamente como locos, pero el atractivo de la serie es
hallarles sentido, su propia manera de ver el mundo y sus actos sanguinarios.
Holden y Tench se sientan a escucharlos –a entrevistarlos-, los asesinos hablan
directamente sin cortapisas sobre sus atrocidades, mentalidad y su pasado, de
dónde provienen, qué los ha hecho así, como justifican sus actos descabellados.
El estudio los dividirá en asesinos organizados y desorganizados. Los
organizados son los que planean todo al milímetro y fantasean con lo que hacen
al punto de llamarlo una vocación. Los desorganizados son los que
espontáneamente se dejan llevar por el momento, pero se comportan igualmente
sádica y extrañamente. Producen con su victimas caprichos homicidas, torturas y
perversiones.
El guion lo escribe Joe Penhall, guionista de The Road (2009).
Se basa en el libro Mind Hunter: Inside the FBI's Elite Crime Unit, de John E.
Douglas, ex agente del FBI especializado en perfil criminal y en quien Holden Ford
está inspirado; y Mark Olshaker, estudioso de larga data y consultor de
justicia criminal. Dirigen los episodios 4 directores de cine. David Fincher,
la cabeza más visible y famosa, se encarga de los 2 primeros y los 2 últimos
episodios, además de ser productor de la serie, aportando su buen dominio de la
temática de asesinos en serie, con sus magistrales Se7en (1995) y Zodiac (2007).
En un arranque es algo pesada la serie pero le sobreviven momentos maestros,
está cuando recién se conoce Holden y su futura novia, Debbie Mitford (Hannah
Gross), que es rica en personalidad, estudios y diálogos; y cuando Holden se
acerca por primera vez a Edmund Kemper (Cameron Britton), alias The Co-ed
Killer, que es el mejor asesino en serie caracterizado en la serie, de los 4
que conocerá, agregando que cada uno de los asesinos en serie entrevistados genera
grandes y jugosas conversaciones, incluso clímax –como con el pájaro o los
zapatos altos de mujer-.
Los otros tres directores dirigen 2 episodios cada uno, es
un grupo sólido y compacto. El danés Tobias Lindholm aparte de cineasta también
es un consagrado guionista, fue guionista de The Hunt (2012) junto a su
compatriota Thomas Vinterberg que dirige la película, y la temática de la
pedofilia y el señalamiento dudoso de culpa también es parte de la serie. Esto
le da matices a la personalidad de Holden y al trabajo en Quantico. Andrew
Douglas ha dirigido el remake The Amityville Horror (2005), un clásico del cine
de terror basado en un criminal real que decía oír al demonio y acababa con
toda su familia, y aparte de encajar a la perfección aunque no sea un nombre
célebre entre el grupo se podría decir que aporta momentos de miedo, momentos
oscuros, como con los temores y repulsión -camuflada, ya que deben ganarse su
confianza y seguirles el juego perverso- que producen los asesinos en serie,
los que sirven también para resolver casos anexos (es típico que los policías locales
les pidan ayuda tras sus exposiciones sobre los nuevos criminales), casos de asesinos
con su primer homicidio, lo que justifica la existencia de sus estudios y su
consagración como criminólogos. Asif Kapadia, reconocido documentalista inglés
de ascendencia india, director de Amy (2015), ganadora del Oscar, es más
clásico o cae preciso cuando llama Sherlock Holmes a Holden. Kapadia moviliza
simpatía, humor inteligente y ritmo.
La serie será muy clara en general, con muy buen manejo
del background criminal, será interesante y entretenida, tendrá ratos
sutiles también, y a sus tres protagonistas les brindará alguna idea de vida social, familia,
pareja o soledad, mostrando una visión más grande que se incorpora a su vida
profesional, a lo que hacen y más nos importa. No será algo superficial o de
relleno, sino que se mezclará muy bien con el conjunto y nos dibujaran quienes
son los protagonistas, les brindará personalidad y profundidad real, como el
cambio de la predecible homosexualidad al cuidado elíptico de un gato. Los
diálogos y la palabra son de suma importancia, la conversación brilla por su
ingenio transparente.
Habrá sexo y sensualidad, pero es irrelevante en realidad y avanzada
la serie se diluirá, aunque los hippies sobrevuelan la trama y la época, haciendo de pequeño inicial contraste, como también Tarde de perros (1975) hace
de soporte elemental, pero todo esto es pasajero aunque paradigmas y prejuicios
a destruir. Abre la propuesta una escena muy violenta pero para bien la serie
evolucionará en la sugerencia que en la explicites (innecesaria), aunque
recurriendo a la constante de las fotografías de los asesinatos que reflejaran
el lado macabro del asunto, que no hay que perder de vista, y está bien al
tanto la serie, de esto que se argumente bastante al respecto y halla cambios
de humor entre los asesinos brutales y los policías que quieren comprender su modus
operandi. No todo es perfecto en la serie, como el compañero soplón y la crisis
final que son bastante ordinarios y desangelados, pero la serie está bastante
bien.