jueves, 12 de enero de 2023

Mauvaise graine


Mauvaise graine (1934), es el debut como director del legendario Billy Wilder, codirigido con el húngaro Alexander Esway. Es una película francesa que mezcla noir con el espíritu campechano y alegre de la comedia romántica. Tiene 2 persecuciones en auto que son bastante buenas; pensemos que estamos en los años 30s. Las tomas de las persecuciones y la acción de la velocidad se dejan ver bastante bien, aun cuando los autos se mueven en línea -fila india- hasta el final, hasta simplemente detenerse en cierto orden en la primera persecución y en la segunda desembocar en el agua. En las persecuciones no hay impactos de auto, no hay rebases, ni pugna entre carrocerías, frenos estridentes ni nada de ello, pero no obstante lucen las persecuciones intensas, manejan buena tensión y poseen ingenio aun desde cierta sencillez formal. El filme nos muestra al hijo de un doctor, de un hombre de dinero, a un muchacho llamado Henri (Pierre Mignand), que está un poco descarriado y cuando su padre le quita su auto termina robando uno, todo para ir a ver a una chica. El hurto es propio de la rebeldía juvenil, pues el muchacho no es ningún matón o pandillero, es alguien bastante simple, punto de empatía natural aunque queda en mucho en lo funcional, pero éste filme adolece de algunas cosas que la experiencia completarían. A Wilder le faltarían solamente 10 años más para mostrar que su cine era especial. Aun así éste filme posee su encanto. No obstante hay cosas que pasan por muy anodinas, le falta espectáculo, le falta ponerle mítica gangsteril. La propuesta tiene la curiosidad de poner al mejor amigo de Henri como un chico con una obsesión medio TOC o cleptómana con las corbatas, que tiene audacia cuando pone en peligro a sus amigos, que pertenecen a una pandilla que roba autos, mecánicos que los transforman y los vuelven a vender. El jefe del grupo parece un matón de poca monta, lo cual es coherente con todo el producto, tiene un aire de cine austero si se quiere; no cine B porque no está plagado de defectos técnicos o exagerados en su narrativa, pero es de una cierta humildad creativa, si bien tiene sus ratos decentes estéticos. El momento donde la pareja protagonista yace en el camión con heno con un hermoso panorama de fondo, cuando Henri finalmente ha hallado a su otra mitad, interpretada por la famosa actriz francesa Danielle Darrieux que por entonces contaba con 17 años de edad y ya 3 años de actuación profesional, es una notable escena romántica. Más que un noir propiamente, parece más un drama light, el dilema de ser joven y poder hallarse en otra persona y de ahí poner empeño en salir adelante.