martes, 17 de enero de 2023

Dejado sin terminar en Tokio

Éste es uno de los primeros trabajos como director del francés Olivier Assayas, es un cortometraje. Se trata de una película noir y es notable como en poco tiempo logra enredar dos facetas, una querer escribir una novela de aventuras y otra meterse en una historia de ese tipo, convertirla en la realidad del escritor. Complejiza muy bien su obra. Vemos que una mujer, la hermosa Elli Medeiros, viaja a Japón y se roba unos documentos top secret que pueden hacer de pruebas en contra de una banda de gángsters. Con estos documentos intenta plasmar su novela, mientras tanto escapa de un grupo de matones nipones y medio que se convierte en una especie de superheroína o una pequeña fémina James Bond. Assayas mezcla la página en blanco con la acción noir que atraviesa una escritora que tiene de femme fatale, un poco anticipándose a su versión de Irma Vep y homenaje a la famosa obra de Louis Feuillade. Hay también de cotidianidad en una relación sentimental que ya no gusta y obtener independencia para poder crear, ser un autor de alguna manera trascendente o interesante, lo mismo que intenta y busca el propio Assayas con éste corto y su amor por el séptimo arte, que empezaba con pasión y ambición. Como en poco espacio hay que ser muy inteligente con los detalles, con la sugerencia y la proyección, Assayas usa un ventilador común como entrada y salida en el presente y el pasado. En un momento queda claro el cariz impetuoso y apasionado de la protagonista cuando blande una katana. La seducción masculina no funciona frente a la fuerte personalidad de la heroína que busca brillar en un mundo de hombres, como que Assayas en 1982 -tiempo del estreno de éste corto- juega con el feminismo y el deseo de éxito profesional frente a las convenciones de pareja. Finalmente hay un escape. El espíritu joven ha hablado, ella quería aventuras y eso ha conseguido.