lunes, 4 de mayo de 2020
Per Aspera Ad Astra
Per Aspera Ad Astra (1981), de Richard Viktorov, restaurada por su hijo Nikolay Viktorov, es una película de culto, y aunque con algunas cositas no tan notables es una buena película de ciencia ficción. Es una obra que maneja bastantes ideas. En un inicio una mujer de aspecto humanoide ya que no la creen muchos humana -en esto hay un debate científico ficticio- se muere por descubrir si en realidad lo es, para ello es acogida por la familia de uno de los científicos que la encontró en el espacio como único sobreviviente. Niyya (Yelena Metyolkina) es ésta humanoide de aspecto extraño y por lo general silenciosa. Niyya tiene cosas muy particulares, como tener un dispositivo en el cerebro con el cual se le puede controlar. También puede moverse a velocidad, teletransportarse y tiene todo tipo de avances super humanos. Se le cree humano porque estos viven en otros planetas también, como el planeta del que más tarde descubriremos proviene Niyya. Éste planeta se llama Dessa y sufre de una catástrofe climática. En la segunda parte viajaremos hasta Dessa. En éste lugar hay una contienda política, hay un hombre que busca manipular al resto, Turanchoks, que tiene cierta curiosidad física. En ésta segunda parte hay hasta un monstruo clásico que se le puede ver en películas de terror como The Blob (1958). No pasa mucho con ello pero es otra de las mil novedades que ofrece la película. La primera parte es más íntima, hay hasta un posible romance. Ésta parte es interesante en la discusión de qué nos hace humanos; es además el anhelo -aunque expuesto levemente- del posible robot que quiere ser humano como en Blade Runner (1982), pero luego esto simplemente se disipa, pasa al viaje a Dessa, al retorno del pasado hallando lo contemporáneo futurista y al mismo tiempo lo profético. En Dessa hay una historia post-apocalíptica, pero muy humana, de ambiciones y controles políticos. El grupo de científicos de la tierra serán los héroes junto a la humanoide que es más como una especie de samurái, altruista, bondadosa, pero alguien al servicio de otros. Es un filme a ratos austero, pero siempre competente. No parece un filme revolucionario -sus ideas son conocidas, salvo por la humanidad desplegada por el universo y en la diversidad a otro nivel-, no demasiado original -otros se han hecho de mayor sonoridad-, pero sí uno entretenido, curioso y atractivo.