miércoles, 13 de mayo de 2020

Nona. Si me mojan, yo los quemo

Tercera película de la chilena Camila José Donoso. Trabaja de protagonista la abuela de la directora, Josefina Ramírez, en una propuesta mitad ficción, mitad documental. La parte documental está grabada en Super 8, y simplemente es Josefina haciendo sus cosas y hablando de lo que sea. La ficción es más interesante, trata sobre una mujer que es piromaniaca. Josefina se muda a un pueblito chileno llamado Pichilemu. Ella no está muy feliz ahí. La mujer es un poco de espíritu adolescente. El título llega a suceder. Llegamos a ver a Josefina preparando y lanzando una bomba molotov como venganza. La película tiene su experimentación, hay una textura y expresión artística en el uso del Super 8. Como historia tiene forma, tiene su encanto, cómo va armándola Donoso, en ello no parece del todo tradicional. Pero no es tan atrapante en sí. No pasa nada muy emocionante o interesante como relato. Los incendios no poseen impacto visual ni un desarrollo poderoso. Pero es curioso ver a una anciana recordando su pasado de guerrillera, luciendo -aunque medio loca- combativa a su avanzada edad. Hasta la vemos corear una canción punk. Hay también un especie de affaire y ruptura no tan propio de la vejez. Josefina no se comporta como una vieja. Donoso construye una puesta en escena y una secuencia arty que se recuerda en especial con la nona sumergida medio cuerpo en el agua, bebiendo de una copa, que termina con la anciana acostada sobre una cama vistosamente mojada. La nona tiene su espectáculo, es un personaje, aunque no tan sabroso a fin de cuentas.