domingo, 17 de mayo de 2020
Ash is purest white
La película por tratarse de criminales uno pensaría que es de acción, pero la película va de relaciones humanas, de relaciones truncas, y de humanidad y lealtad y traición. No se podía esperar otra cosa tampoco del cine del chino Jia Zhangke, que aunque su cine ha tenido mayor apertura últimamente lo suyo sigue siendo el cine arte destinado a un público selecto y más hardcore. La presente película no ha sido expuesta a muchos. Es una película curiosa, sin duda. En ella un gángster, Bin (Liao Fan), es mostrado como un tipo con ciertos códigos morales, suele respetar a otros, a los débiles, y trata de ser justo y honorable siempre, a pesar de ser un criminal y un tipo capaz de ejercer mucha violencia. Nada del otro mundo que no sepamos ya después de conocer El Padrino (1972). Bin es un tipo serio, rudo, pero con la personalidad antes mencionada. Todos lo respetan y, desde luego, le temen. Hay una mujer en especial que muere por él, es su actual pareja, Qiao (Zhao Tao). Zhao Tao es la esposa en la vida real de Zhangke y éste le destina un gran protagonismo, un gran papel; Zhao también es una actriz que sabe aprovechar la oportunidad de brillar, tiene su talento. Es la parte más importante de la película, aunque Zhangke se basa en un conocido suyo real para el personaje de Bin, que interpreta el súper talento de Liao Fan, aunque su papel en los hechos en sí no exhibe tanta riqueza, no sólo, sino que brilla por medio del de Qiao. El filme recuerda un poco -en historia y transición- a Million Dollar Baby (2004), más no en estilo, Zhangke hace cine arte minoritario. El filme tiene bastante personalidad, su buena cuota de excentricidad, como cuando Qiao se separa de Bin y se liga con un tipo raro como pareja, uno que le habla de ovnis, con el que Zhangke se permite hasta hacer ver a uno, mientras habla de cárceles de distintos tipos. Éste filme tiene una única gran escena de acción, también parte nuclear en la trama. De aquí en adelante vendrá el vía crucis, más tarde compensado bajo una tragedia. La película de Zhangke está llena de grandes momentos; y sucesos inesperados, poco típicos, que sin embargo son manejados con notable coherencia (la escena de los repentinos golpes con fierros a las piernas o la humillación revanchista hacia un ex-todopoderoso Bin). El filme también se la juega de intrépido y sale bien parado, como con la supervivencia económica de Qiao. Por el final la historia toma una cierta estructura audaz narrativamente, se usa la elipsis y luego en el camino cuando los personajes toman nuevas posiciones van saliendo las explicaciones ya bien distribuidas las acciones. Por todo es un filme muy rico, cargado de variedad. En cierto momento del filme brilla la poesía, cuando Bin se pone místico en busca de querer arreglar la mala relación que ha generado su deslealtad, sobrevuela algo de Wong Kar Wai, en la que es mucho la historia romántica del seductor orgulloso y la mujer sacrificada y mártir.
Labels:
cine asiático,
crítica,
Jia Zhangke,
Liao Fan,
séptimo arte,
Zhao Tao