sábado, 9 de julio de 2022

The empty man


The empty man (2020), debut del americano David Prior, fue la sensación de las redes sociales el año pasado en varias listas que la ponían como la mejor del año y tanto entusiasmo ha dado en el clavo. Prior ha hecho una película notable. Empieza muy en deja vu, un poco acartonada, pero estos primeros 20 minutos es una introducción de algo que sellará un círculo perfecto, que al final propondrá mucha originalidad. The empty man empieza como una historia de investigación de asesino en serie con algo sobrenatural esotérico detrás, mediante un ex policía convertido en detective privado, mediante James Lasombra (el novedoso y bastante decente como actor James Badge Dale). A cerca de media película salta el primer gran susto en pantalla y un gran descubrimiento (en un puente y no solo es el impacto de la toma sino que tiene sustento argumental), uno de muchos que vendrán, y éste filme será incluso un poco intrincado de comprender en su totalidad. Tiene cosas de poco común comprendimiento o de cierto arduo acceso (como que tiene de misticismo budista, pero al servicio del imaginario del género), como aquello de imponer background a través de la telepatía para poder manipularte y es que éste filme está lleno de propósitos, aunque macabros, oscuros y por el final bastante perversos. Hasta media película es como visitar el hollywood de la infancia, pero cada vez la apuesta subirá de valor y de exigencia imaginativa hasta plasmar hasta violencia gore. Es un cierre magistral (completamente lógico aunque complejo; o lo que hubiera querido ser, la aun no así despreciable, pero menor, Hereditary, 2018), que es como indica el poco sutil subtitulo que le han puesto en español (El mensajero del último día). La actriz Marin Ireland tiene un papel secundario, pero que se puede recordar. Suele hacer de personas sufridas, le va bien al drama, quizá por su tipo de rasgos faciales, pero es una buena actriz, como lo ha demostrado en la muy buena  The dark and the wicked (2020) y es un nombre a recordar. La joven actriz en sus veintitantos Sasha Frolova también se destaca, luce harto creepy, hace muy bien de chica filosófica, extraña. Su aparición como la hija de la mejor amiga de Lasombra salta el primer rato de inquietud en la historia y lo hace desde simplemente ponerse a hablar, dice cosas esotéricas, habla de mecanismos poco habituales de la mente, se siente un cierto WTF, que queda explícito con la actitud, personalidad y respuesta verbal de Lasombra, que dice ser un tipo siempre práctico y muy simple aludiendo a la gente de donde nació y como se les suele definir, es como un estribillo de presentación. El filme de Prior es muy ordenando, todo es milimétrico y muy bien explicado, hay mucho detallismo y claridad y eso no lo hace en absoluto un mal filme pues es el hollywood diáfano, inteligente y poderoso de antaño, el de la infancia, el de los 80, el de los 90. Pero más tarde se transformará en el cine perverso y moderno de hoy en día, también desde lo notable, cerrando una conjunción perfecta. Al filme se le suman las sectas, luego hay metraje encontrado y hasta terror psicológico, pero todo desde la coherencia, desde el orden, no está para rellenar o crear la sensación de enriquecimiento forzado o gratuito. El filme tiene escenas emocionantes y hay buen suspenso. The empty man juega a las llamadas intimidantes por teléfono para asustar a lo Scream (1996) y tiene de leyenda urbana a lo Candyman (1992), es así que se fabrican 2 realidades, una real con un asesino suelto que puede ser parte de una especie de tribu y una sobrenatural con un hombre del saco detrás. The empty man está llena de muchas formas de terror, pero todas manejadas con justicia y creatividad.