viernes, 19 de abril de 2019

Cold war (Zimna wojna)


Lo que ofrece el polaco Pawel Pawlikowski es una historia de amor, algo tan sencillo como eso, pero con el fondo de la post guerra mundial, la guerra fría y la ubicación en el socialismo partiendo de 1949 hasta los 60s, donde la pareja como polacos en tiempos socialistas deben adaptarse. Zula y Wiktor (Joanna Kulig y Tomasz Kot) son esa pareja. El filme tiene a Zula como aspirante a un grupo folclórico estatal y a Wiktor como uno de los seleccionadores. Ella con una gran personalidad, belleza y un pasado llamativo dejará prendado a Wiktor, a lo que se suma el talento de la joven muchacha que la hace más especial. Lo que nos mostrará Pawlikowski es lo tantos vuelcos que dará la relación, intensa, llena de amor, pero aun así siempre trunca, hasta ese final de aire ligero bajo decisiones importantes. Otra cosa que suma y mucho es que es un filme con mucha música. También tiene una gran edición, pasan mil cosas en poco tiempo. Los sucesos fluyen en tiempo perfecto, incluso más rápido. La relación da muchos momentos, tiene un lado cool, aun cuando en realidad es una historia triste, producto de la continua imposibilidad de estar tranquilos y juntos por largo tiempo. Es una historia con la que entretenerse, pero que meditándola genera desazón. Las peleas y rupturas no son expuestas en lo visual por largo tiempo, pero se les siente. No hay antipáticos aquí, pero si hay momentos de engreimiento, donde uno es más culpable que el otro, además el fondo social y político se inmiscuye en sus existencias. Lo hace sin grandilocuencia, pero en cada trámite se da poca información. No obstante se entiende bien en general. El fondo hace del filme algo más complejo, una relación muy difícil. El relato es bien nacionalista, aun cuando Francia también aparece. Cold war (2018) es una película con identidad, bien polaca -lo que la hace notable-, y a la vez universal.