viernes, 5 de mayo de 2023
La parte del león
La parte del león (1978) es el debut de Adolfo Aristarain. Presenta a un protagonista que tiene de inspiración a Apenas un delincuente (1949). El protagonista de La parte del león se llama Bruno (Julio De Grazia) y manifiesta ciertos vasos comunicantes con el José Morán de Apenas un delincuente. Bruno quiere tener mucho dinero pero no le nace verdadera capacidad para engendrarlo, como Morán. Bruno se siente un tipo especial, no un tipo inútil o muy ordinario, no acepta que hay gente más capaz y más inteligente que él; es decir, gente que esté de alguna forma por encima de él. Aunque suene medio arbitrario, Bruno se siente el Número 1, el mejor de todos, y esto es natural, todo hombre se siente así de cierta manera, pero Bruno quiere poseer esa excepcionalidad que en realidad no le ha tocado y hasta es notorio. Un día ésta le llega de manera casual, impredecible. Roban un banco y en su techo esconden la cuantiosa suma de dinero, una bolsa con montón de billetes. Bruno oyó extraños ruidos nocturnos en el techo el mismo día del robo; lo asocia después al asunto en sí del robo, al tenerlo reciente y muy cercano, al oír a su casera comentarlo. Ésta es una notable audacia autoral y del noir en general. Finalmente así halla el dinero, su ilusión y sueño se ha cumplido, es real. Pero el problema es que la inutilidad de Bruno también es muy real, seguirá ahí presente. Decide buscar a un amigo para poder hacer efectivo el dinero ya que éste lleva la numeración publicada y no podrá usarse sin ser detectado, necesita de gente criminal que cambie el dinero, negociarlo. Mario (Arturo Maly) es ese amigo y cómplice que busca porque además tiene miedo. Mario es una buena persona. Tiene una pareja que interpreta Luisina Brando, como Luisa, quien es muy fiel a Mario, aun cuando parece que hace uso de su seducción con hombres con plata. Ese es otro problema de Bruno, y añadido al protagonista de Aristarain, que lo hace un poco distinto a Morán; Bruno es un tipo muy cobarde y puede ser una deplorable persona si yace en peligro, piensa sólo en él. Hay una escena importante del filme cuando su esposa lo confronta (una vez más) en un restaurante, y éste le habla de al fin poder cumplir con lo que tanto ha querido, tener dinero y, a esa vera, ser especial. Por otro lado tenemos al Nene (Julio Chávez, que contaba por entonces con 22 años), el líder criminal que robó el dinero y lo está buscando. Éste personaje fácilmente pone mítica en el cine argentino. Es un violador en potencia, aunque se pinta de seductor, cójase ésta denuncia involuntaria de cierta esencia. Entre Julio Chávez y Julio Di Grazia tenemos un buen choque de actores talentosos y ni que decir de Luisina Brando que por el final tiene una escena muy potente, una prodigiosa escena de confrontación. Luisina es bella, pero en ésta propuesta luce más pedestre, no sé si por pegarse más a su papel, pero no menos talentosa. De Grazia hace de un excelente cobarde que se descubre como tremenda rata. Su comportamiento cae en la peor decadencia. Éste es un gran personaje de Aristarain quien hace una aplaudible película, bien en toda la ley del noir, con marca argentina.