domingo, 18 de julio de 2021

Pig

 


Pig (2021), debut de Michael Sarnoski, coguionista del filme junto a una novel Vanessa Block, es una película original, un poco rara a primera vista, luego perfectamente entendible, aunque no lo clásico que uno suele ver, pensando en grandes audiencias. Se ha estrenado recientemente en EE.UU., el 16 de julio, hace tan sólo 2 días. El gancho es legítimo, aunque desde luego no exacto. Se vende como un John Wick interpretado por el mega popular, cinefilia brava, Nicolas Cage. En la película nombrada John Wick (Keanu Reeves) se volvía loco, salía en absoluta venganza, tras la muerte de su perro; de la misma manera, Nicholas Cage hace de un hombre en busca del secuestro violento de su cerdo, su mascota. Pero éste filme de Sarnoski es otro muy distinto. En Pig no hay coreografías impresionantes de acción ni de artes marciales. Apenas Cage, como Rob, echa una única pelea, en busca de info sobre su cerdo, y lo hace pasivamente; se deja golpear (valientemente) para saber de su amada mascota. En adelante Cage pasa de un ermitaño recolector y negociante microempresario de trufas a andar con pinta de vagabundo, sucio y manchado de sangre, en pos de su bello cerdito, que él confiesa amar, más que tenerlo por herramienta de trabajo. Rob no es un tipo violento en absoluto, es en realidad un ser melancólico, asunto que está en varios personajes, la ausencia del amor golpea duro, te destruye. Ésta propuesta se centra en estos sentimientos, en la ausencia que genera atroz tristeza. Otro punto del filme es que versa sobre la gastronomía, también sobre ser auténtico y no tan sólo un capitalista frío; el éxito a fin de cuentas -se argumenta- es secundario, el amor es más importante, y ésta propuesta lo demuestra inteligentemente, también de manera audaz, y aunque no hay acción pura y dura por ninguna parte seguimos estando ante un drama ingenioso que nunca aburre, sino que sorprende siempre, sólo que exige no estar tan acostumbrado a los fuegos artificiales, sino también apostar por la apertura mental, por la diversidad y creatividad, por la observación sin muchos tumbos, pero con feeling detrás y coherencia; no se trata de filmes experimentales o de cine arte minoritario donde hay que ver montón de cosas arbitrarias a interpretar o mirar una pared vacía por horas, no es la explotación de la lentitud exacerbada, disfrazada de sabiduría. Pig es cine amable, pero que requiere de tranquilidad y atención en particular, y ciertamente es un filme entretenido, incluso con momentos buenos de humor discreto. Aquí los personajes se comportan muy normal, con su perversidad de a pie sí, pero de manera sencilla. Versa también la trama sobre el amor por los animales, por nuestras mascotas, por esos otros amados hijos. Es un filme que sin duda te sorprende, sin tantas ínfulas, y de manera auténtica, con verdadera inteligencia. El misterio del secuestro del cerdito también da para pensar, para dialogar.