domingo, 21 de marzo de 2021

Supongamos que New York es una ciudad


Este documental de más de 3 horas de duración lo hallas en Netflix, lo dirige el gran Martin Scorsese, el querido Marty, cinéfilo a prueba de balas. Son entrevistas y todo su quehacer de Fran Lebowitz, quizá muchos no la conozcan, pero ella es super interesante. Fran es escritora de libros sobre la ciudad de New York, de aspecto social, anecdótico y curioso, sobre costumbres, malos hábitos y su gente, tiene 2 bestsellers en su haber. También es comediante y asidua invitada a programas de entrevistas donde se explota su vena cómica, sarcástica y su afilada inteligencia y audacia expresiva. Es una gran lectora y de ahí saca mucha imaginación, tiene también suma personalidad y comentarios atractivos y personales. Suele decir que es antipática, y que detesta a la gente, pero es una persona que en todo éste documental muestra harta empatía para quienes aprecian gente inteligente e interesante, más allá del lugar común. Tiene mucho comentario llamativo; puedes no pensar igual que ella en muchos casos, pero nunca deja de ser atractiva para el oyente, aun cuando no gusta de los deportes o las vacaciones por dar ejemplos. Fran menciona a la música y a la gastronomía como puntos donde la gente más es feliz sobre todo. Fran es lesbiana, pero se habla poco o nada de su sexualidad, es irrelevante, aunque ella  bromea incluso algo de los gays. Fran habla de la liberación actual femenina y el empoderamiento de la mujer y contra el abuso y es muy ecuánime. Hay infinidad de opiniones valiosas de ella en el documental; la entrevistada dice hacer lo que siempre ha querido dedicarse y pocos tienen la oportunidad de concretarlo (pagado, claro), ser opinóloga -sin tono despectivo-, una especie de sabia urbana, sobre su hogar especialmente, New York y sus ciudadanos, que refracta en general sobre muchos temas. Vemos que participa de programas de entrevistas con directores y actores famosos de anfitriones, gente de rapidez mental y habilidad para la ironía, con la pregunta afilada al pie de la boca, y Fran sale indemne siempre y hasta gana la partida, siendo muchas veces osada en sus apreciaciones, pero siempre con amabilidad y humor, creando vínculos con ellos, al menos momentáneamente, cosa curiosa, porque no es una persona que diga lo que todos suelen decir, aunque tampoco es que carezca de coherencia o busque lo gratuito, tiene alguna lógica siempre, hay argumentos en sus comentarios audaces. Puede que tenga su ego notorio expuesto y algunas contradicciones, como todo el que piensa por si mismo, pero es una persona interesante, sin lugar a dudas. Marty sale riendo en muchas ocasiones producto de sus comentarios. Estamos ante uno de los grandes documentales y descubrimientos del año. Muchísimo mejor que El Irlandés (2019).