Ésta película, candidata por Dinamarca, es la favorita a ser nominada a película internacional en los Oscars 2021. La dirige el danés Thomas Vinterberg, un director ciertamente talentoso, aunque como la mayoría con altibajos en su filmografía. El guion corre a manos de Vinterberg y de otro director de cine danés, Tobias Lindholm, que antes han trabajado juntos como guionistas -con la dirección de Vinterberg- en The Hunt (Jagten, 2012) que fue nominada al Oscar 2014 a película internacional, igualmente con el hiper talentoso actor Mads Mikkelsen. Lindholm, con A War (Krigen, 2015), película que dirige y es guionista en solitario, también fue nominado a mejor película internacional en los Oscars 2016. Vinterberg después de Lars von Trier debe ser el director de cine más conocido de cine arte de su país. Trier es polémico, públicamente torpe y hambriento de notoriedad, y por ello mucho menos querido, aunque más curioso y original en general. No obstante Vinterberg tiene harto talento para hacer cine amable con autoría, notable, realmente bueno. Druk (2020) tiene la tesis de que el ser humano necesita de cierta cantidad de alcohol en el cuerpo como algo positivo para su desempeño social e intelectual, como también para ser feliz. Esta premisa se pone en práctica en el filme, incluso literalmente. 4 amigos de mediana edad toman para hallar equilibrio en sus vidas, trabajos y familias. En el trabajo uno podría pensar que más bien surge una desventaja al no estar uno en todos sus reflejos, pero curiosamente en el filme los 4 amigos, que trabajan en el mismo colegio, en distintas áreas, como profesores, muestran mayor capacidad y sobre todo empatía con sus alumnos (algo que tampoco es poca cosa). El protagonista central de los 4 amigos es Martin (Mads Mikkelsen), tiene problemas conyugales, y poco a poco el alcohol se convierte en su escape mental y anímico. Todo podría conducir a la obviedad de convertirse uno en un alcohólico, pero el filme que está al tanto del lugar común logra trascender, tiene habilidad como historia; hay algo de caos por andar medio borracho, pero no es definitorio, ese no es el mensaje (no es un mensaje moralista o no va por ahí, sino sería anti-moderno, cosa que nadie quiere ser finalmente), aun cuando Dinamarca es un país en especial de exceso en su juventud etílica -entiéndase por ello de cierto caos y anarquía-. Esto es parte de un conjunto (lo negativo del alcohol), que tenerlo en cuenta es razonable e inteligente, no se puede negar, pero tampoco ser absoluto. La tesis del filme no aprueba ni desaprueba en totalidad la ingesta de alcohol, ni una ni otra, es como decir, es bueno el alcohol efectivamente, pero con cuidado, porque podemos terminar fatal, como perder el trabajo, destruir la estabilidad familiar y nuestra reputación, en lugar de mejorar en estos aspectos, como es lo que se busca. El filme también trata con la edad y el envejecimiento -cosa que nos compete y nos competerá- y todo lo que conlleva, en que gente mayor puede y quiere mantener el espíritu fuerte, la intensidad, el espíritu joven, aunque es inevitable que la juventud es más osada y más extrema, menos reflexiva si se quiere. Pero el filme pone a gente de mediana edad a comportarse como muchachos en cierta manera, y no los juzga, esto porque simboliza vitalidad y alegría, frente a un apagamiento que estos amigos sienten producto de sus responsabilidades familiares y trabajos sin apasionamiento, pero también es (algo) cosa de actitud, si bien parece un poco irremediable que la edad trae consigo aburrimiento por llamarlo de manera simple. No obstante es cuestión ciertamente de personalidad, claro; de automotivación existencial. No de ser chiquiviejo (diría yo), sino de como nos vemos y lo enfrentamos. El filme busca el alcohol y cierta nostalgia por quienes fuimos de jóvenes, como quien te dice sutilmente que no dejes apagar ésta mecha de locura juvenil. Aunque disminuya, te dice, no la mates, no te dejes morir en las monotonías y en lo agotamientos. Al final es como el baile del que todos los amigos hablan, del baile legendario de Martin, que promete ser célebre y ciertamente lo es. Muy bien Mads Mikkelsen aquí en particular (dentro de una actuación sólida, digna de nominación, digna de uno de los grandes actores del cine), la coreografía o el doble o todos juntos.
sábado, 6 de marzo de 2021
Druk (Another round)
Ésta película, candidata por Dinamarca, es la favorita a ser nominada a película internacional en los Oscars 2021. La dirige el danés Thomas Vinterberg, un director ciertamente talentoso, aunque como la mayoría con altibajos en su filmografía. El guion corre a manos de Vinterberg y de otro director de cine danés, Tobias Lindholm, que antes han trabajado juntos como guionistas -con la dirección de Vinterberg- en The Hunt (Jagten, 2012) que fue nominada al Oscar 2014 a película internacional, igualmente con el hiper talentoso actor Mads Mikkelsen. Lindholm, con A War (Krigen, 2015), película que dirige y es guionista en solitario, también fue nominado a mejor película internacional en los Oscars 2016. Vinterberg después de Lars von Trier debe ser el director de cine más conocido de cine arte de su país. Trier es polémico, públicamente torpe y hambriento de notoriedad, y por ello mucho menos querido, aunque más curioso y original en general. No obstante Vinterberg tiene harto talento para hacer cine amable con autoría, notable, realmente bueno. Druk (2020) tiene la tesis de que el ser humano necesita de cierta cantidad de alcohol en el cuerpo como algo positivo para su desempeño social e intelectual, como también para ser feliz. Esta premisa se pone en práctica en el filme, incluso literalmente. 4 amigos de mediana edad toman para hallar equilibrio en sus vidas, trabajos y familias. En el trabajo uno podría pensar que más bien surge una desventaja al no estar uno en todos sus reflejos, pero curiosamente en el filme los 4 amigos, que trabajan en el mismo colegio, en distintas áreas, como profesores, muestran mayor capacidad y sobre todo empatía con sus alumnos (algo que tampoco es poca cosa). El protagonista central de los 4 amigos es Martin (Mads Mikkelsen), tiene problemas conyugales, y poco a poco el alcohol se convierte en su escape mental y anímico. Todo podría conducir a la obviedad de convertirse uno en un alcohólico, pero el filme que está al tanto del lugar común logra trascender, tiene habilidad como historia; hay algo de caos por andar medio borracho, pero no es definitorio, ese no es el mensaje (no es un mensaje moralista o no va por ahí, sino sería anti-moderno, cosa que nadie quiere ser finalmente), aun cuando Dinamarca es un país en especial de exceso en su juventud etílica -entiéndase por ello de cierto caos y anarquía-. Esto es parte de un conjunto (lo negativo del alcohol), que tenerlo en cuenta es razonable e inteligente, no se puede negar, pero tampoco ser absoluto. La tesis del filme no aprueba ni desaprueba en totalidad la ingesta de alcohol, ni una ni otra, es como decir, es bueno el alcohol efectivamente, pero con cuidado, porque podemos terminar fatal, como perder el trabajo, destruir la estabilidad familiar y nuestra reputación, en lugar de mejorar en estos aspectos, como es lo que se busca. El filme también trata con la edad y el envejecimiento -cosa que nos compete y nos competerá- y todo lo que conlleva, en que gente mayor puede y quiere mantener el espíritu fuerte, la intensidad, el espíritu joven, aunque es inevitable que la juventud es más osada y más extrema, menos reflexiva si se quiere. Pero el filme pone a gente de mediana edad a comportarse como muchachos en cierta manera, y no los juzga, esto porque simboliza vitalidad y alegría, frente a un apagamiento que estos amigos sienten producto de sus responsabilidades familiares y trabajos sin apasionamiento, pero también es (algo) cosa de actitud, si bien parece un poco irremediable que la edad trae consigo aburrimiento por llamarlo de manera simple. No obstante es cuestión ciertamente de personalidad, claro; de automotivación existencial. No de ser chiquiviejo (diría yo), sino de como nos vemos y lo enfrentamos. El filme busca el alcohol y cierta nostalgia por quienes fuimos de jóvenes, como quien te dice sutilmente que no dejes apagar ésta mecha de locura juvenil. Aunque disminuya, te dice, no la mates, no te dejes morir en las monotonías y en lo agotamientos. Al final es como el baile del que todos los amigos hablan, del baile legendario de Martin, que promete ser célebre y ciertamente lo es. Muy bien Mads Mikkelsen aquí en particular (dentro de una actuación sólida, digna de nominación, digna de uno de los grandes actores del cine), la coreografía o el doble o todos juntos.