Ésta es mi segunda tanda de cortos vistos en el 3 Festival Hecho por mujeres, y hay su buen nivel en general, algunos están bastante bien. Los 5 que he visto son peruanos -uno hecho en Cuba-, bueno para ver como se proyecta el cine nacional a través de una competencia de cortos universitarios en especial. Ésta vez ha sido solo 1 de la competencia latinoamericana y 4 universitarios. El mejor que he visto en ésta oportunidad es el corto universitario Qcuyacuc Tusuc -Danzante de fe, de Angela Castañeda. Es un corto documental, de corte periodístico, pero bastante bueno, tiene además sensibilidad social, identidad nacional como baile folclórico cuzqueño y peruano y te deja una vivencia positiva en muchos sentidos. En el corto un limeño quiere pertenecer a la cuadrilla del baile de los Capac Negro, danza peruana dedicada a la Virgen y a los afrodescendientes cantada en quechua, pero éstas cuadrillas y jerarquía tienen por regla que solo pueden pertenecer a ella nacidos en Paucartambo, una de las 13 provincias en que se divide Cuzco. El protagonista, Hugo Espada, logra ser parte aun siendo limeño, tiene muchos años en la cuadrilla. El corto lo muestra muy emotivo y sensible, muy honesto y apasionado; él cuenta cosas intimas y como todas ellas lo vinculan fuertemente a esta danza folclórica. Es un corto que emana mucha empatía y autenticidad, Hugo trasmite verdadera devoción, enalteciendo éste baile y su fe. Otro corto bastante bueno, una ficción, es Ayataki, de Flor Arteaga. Es notable como recrea lo popular, cuando no es tan fácil como uno pudiera pensar. Arteaga logra concebir lo popular de manera muy potente y realista. Se percibe muy lograda la humildad de su protagonista, en su casa, en el cementerio. También posee muy buena sensibilidad, aunque falla un poquitín en el discurso del hijo. Lo mejor es cuando aparece el fantasma del padre, hay un diálogo en quechua y música que hace sublime la experiencia de ver éste corto. Igualmente hay humor, hay criollismo, y aunque no suelo ser muy fan del criollismo en el cine nacional realmente aquí está muy logrado, pero porque suma carisma verdadero y algo de sensibilidad. Los actores todos muy buenos; también agrega grabar de noche, que suele ser complicado. El calzón de Camila, de la conocida actriz peruana Mayra Couto, se hizo en Cuba, y está en la competencia de cine latinoamericano. Dura apenas 2 minutos 20 segundos, y es un suspiro, no hay mucho para impresionarse ni ver -casi nada-, aunque está bien hecho, denota detallismo, buena actuación, cierta sensualidad natural y un uso de las tomas profesional. Es sobre una chiquilla en su cuarto, con algo de voyerismo y distintas opciones sexuales. Un corto puede ser breve, pero también más original, aunque, sin duda, tiene su gancho. Una historia al frente, corto documental de María Mendoza, es convencional en mucho, pero es un buen homenaje al director de cine peruano Augusto Tamayo, pasando revista a su filmografía y últimos proyectos como el del bicentenario, y algo a su manera de hacer cine, aunque lo más llamativo, lo más trabajado, y está muy bien, es conocer a dos de sus leales acompañantes en la hechura de su arte, a la productora Nathalie Hendrickx y al director de fotografía Juan Durán, de quienes se nota se admiran mutuamente y une una fuerte amistad y agradecimiento con Augusto Tamayo. Falta más cosas curiosas por ver, pero tiene su simpatía. Lo mejor de Nadia, de Valeri Hernani, son sus 2 actuaciones principales, sólidas realmente, y trasmiten su feeling, aun cuando tiene de lo que le quita el sueño a la muchacha (telenovela), pero sin duda hay química. La historia en sí vale por ésta interactuación, en medio de la aspereza del sueño por truncar. Ya se ha visto mil veces el grito de: "Me arruinaste la vida y ahora me debes pagar (trabajando en el mercado)", pero bueno.