sábado, 6 de enero de 2018

The Disaster Artist

James Franco logró sobresalir, tener éxito, hacerse un lugar importante en el cine de Hollywood, luego decidió convertirse al cine marginal, a un tipo de cine independiente, sin abandonar del todo el cine más comercial, y no era tan interesante a decir verdad, pero ha seguido trabajando con un temple de acero, y finalmente su esfuerzo ha rendido fruto. Ha hecho una gran película, sin perder su estilo outsider, ha conseguido una voz contundente.

The disaster artist (2017) es la historia de la relación entre dos mejores amigos, Greg Sestero  (Dave Franco) y Tommy Wiseau (James Franco). James Franco en cierta forma parece identificarse con Wiseau, el querer tanto que escuchen nuestra voz, visión y ser reconocidos, lo mismo que el lado outsider de James Franco, aunque Wiseau lo hace de una manera muy diferente al común denominador. Wiseau y Sestero son actores muy malos, sin talento, pero tienen el sueño de ser actores celebrados y deciden hacer una película, The Room (2003), una película que ha sido considerada de las más malas que se han hecho, pero que logró convertirse en una obra de culto, una película que quien la ve por más mala que es le divierte, se hace querer, como en la película de Franco, que la gente se mata de la risa viéndola, y aunque no fue esa la intención de Wiseau que la ve seria y profundamente ésta provoca amor.

La película que dirige y en la que actúa James Franco es la historia del backstage de The Room, es como ante la frustración de no poder despegar en sus carreras actorales Sestero y Wiseau hacen su propia película de aceptación, ponen en circulación el sueño de sus vidas. En todo esto primero hay un lado perdedor en Wiseau, un tipo misterioso y con mucho dinero, pero extravagante y naif, que salta a poner en acción su meta, un tipo de triunfo frente a las adversidades, un poner en práctica nuestra voluntad contra todo pronóstico, es la lucha de la voluntad y hacer lo que dicen que no podemos hacer, es un canto optimista para cualquiera, vencer la realidad. Luego Wiseau, un tipo raro, distinto, tiene choques, muestra un lado poco simpático, pero eso lo hace muy humano, complejo y transparente, James Franco construye un tipo de verdad. Sestero en cambio es como lo apoda Wiseau, un rostro de bebé, un niño bonito, aunque alguien sin talento. No tiene aparentemente puntos flacos, pero es Wiseau quien pone en marcha su sueño e independencia.

Una curiosidad del filme es que Dave Franco no tiene el tipo físico del verdadero Greg Sestero que tiene tipo de modelo, pero es un buen actor. Esto no es una regla, pero el mundo es así de impredecible. Dave Franco, el hermano de James Franco, hace de un Greg Sestero muy amable y buena persona, el filme se basa en el libro de Sestero y en una inquebrantable amistad y entrañable complicidad que dura hasta hoy en día. Lo curioso además del filme es que en The Room el personaje de sestero es un traidor. Wiseau es un tipo raro, pero muy interesante, le sobra la personalidad. Todas sus locuras están de lleno en su película, como querer enseñar el trasero en escenas sexuales, o en mostrar a un héroe al que el mundo –reflejado en su novia- le paga mal, y termina poéticamente tras un momento violento desesperado.

The Room es un filme realmente entretenido y muy americano, también muy imperfecto, porque Wiseau ve el mundo de manera distinta, su personalidad es diferente a la mayoría, y eso lo plasma con espontaneidad y fuerza en su filme, lo que rescata James Franco y hace de The disaster artist un filme que brilla por su nobleza y autenticidad. Wiseau impone en The Room su condición humana, y todo ello está impreso e identificado en The disaster artist.

The disaster artist tiene una comedia que da risa, su banda sonora también tiene gracia y propone intensidad en su momento. La relación central de esta película además es muy poderosa. Wiseau y Sestero son un gran dúo que sueñan con ser James Dean. A Sestero lo inspira Home Alone (1990), así las bromas van saltando y ganándonos, y el relajo y el conflicto atrayendo la atención. Es el trance de perdedor a triunfador con algo muy propio, con nuestra mayor honestidad, y esto les paga, aunque no sea el camino típico. Y eso es el filme de James Franco y The Room, el triunfo del outsider, del que le dijeron que no podía y lo hizo.