sábado, 30 de marzo de 2024

Cosmic Miniatures

Éste filme le pertenece al alemán Alexander Kluge que tiene actualmente 92 años de edad. Trabaja con la Inteligencia Artificial y es una película en buena parte de ciencia ficción, con muchas naves espaciales de fantasía imaginativa, bastantes menciones a extraterrestres, a animales fantásticos, y a montón de galaxias, astros y al cosmos en total libertad creativa, donde mezcla astronomía, astrología, matemática y ciencia ficción. El filme se basa en la exhibición a través de foto fija y es toda una extravagancia y tiene su gracia, sobre todo para cinéfilos curiosos y pacientes. Es una película de animación y por ende lleva mucha imaginación y ficción. Menciona lunas y planetas como hoteles, tiene una mirada muy futurista, muy libre, aunque la inteligencia artificial que usa para generar las ilustraciones y lo fantástico también tiene un toque como a borrador, pero sin duda, es una obra con su gracia, más allá de tener muy presente al autor, su recorrido, y a éste por una parte cine experimental. Igualmente se ve que Kluge se lo ha tomado muy relajado el asunto y se ha puesto a jugar con la computadora. Hay una parte que es astronomía real y habla de vuelos espaciales y la labor de conquistar el espacio, pero se deja llevar en demasía y mete mucha fantasía, es a todas luces un divertimento de cine arte minoritario. Hay mención documental o histórica a la perra rusa Laika, el primer ser vivo lanzando al espacio, alrededor de la tierra y que murió, pero sirvió para comprender que el ser humano podía resistir fuera de la tierra, y le rindieron un monumento. También vemos una parte científica con experimentos con gatos lanzados al espacio o entrenados para ello, y es un momento de inquietud, incómodo, puesto que nadie quiere ver animales lastimados o maltratados, y medio que el realismo europeo te pone tenso en pantalla. Pero Kluge no hace gala de sadismo disfrazado de realismo científico y pasa rápido y satisfactoriamente su propia prueba de empatía con el espectador, cosa que muchas veces pone a prueba puesto que su filme requiere de mucha paciencia, siendo un poco repetitivo, mostrando una gran seguidilla de fotos de ciencia ficción, proponiendo una narrativa escueta o elemental, como bien dice el título, se trata de miniaturas cósmicas, y en sí es una propuesta humilde, más allá de meterle matemática, pseudo ciencia y conocimiento de astronomía. En su mezcla de fantasía y el derroche futurista de la conquista del espacio es que se plantea un poco en la revelación, tras por un lado lo extraño, lo oculto al ojo común humano, pero lo hace de manera básica, y siguiendo un formato pseudo trascendental, propio lógicamente del sci-fi, pero que en realidad es manipular en plena libertad hasta lo lúdico la inteligencia artificial y lo que aguanta ser una animación con la que vamos a entretenernos y al mismo tiempo al mismo Kluge que nos sorprende a su edad, donde hace uso de humor además, pretendiendo ser cool, pero ¿por qué no? De eso va el cine en mucho, de seducir al espectador o un posible público con la libertad imaginativa y creativa del arte, y ahí también parece entrar la inteligencia artificial, si bien es algo aun en pos de perfeccionarse para que sea más disfrutable o más sustancial. Visualmente tiene cierta grandilocuencia aun tratándose de foto fija, pero carece un poco de mayor originalidad. No obstante hay muchos nombres de astros, miles de lunas, y galaxias que hasta apabulla en la inmensidad de lo que uno tiene o espera allá afuera.