lunes, 4 de marzo de 2024
Miracle Mile
Miracle Mile (1988), es una joyita ochentera, dirigida por Steve De Jarnatt, quien solo ha realizado 2 largometrajes. Tenemos al actor Anthony Edwards como protagonista, al Goose de Top Gun (1986), quien una madrugada, como a las 4:00 am, coge el teléfono público y escucha una conversación ajena. Ésta habla de que va a haber una guerra nuclear y Los Angeles -donde se encuentra- va a ser bombardeada dentro de tan solo unos 70 minutos. Todo parece una mala broma, pero Harry Washello (Anthony Edwards) se lo toma al pie de la letra y entra en cierto pánico, sobre todo cuando acaba de conocer a la que considera el amor de su vida, a Julie (Mare Winningham). Lo primero que hace es entrar a su cafetería habitual -que es muy conocida en L.A. y así hay varios lugares reales y populares que utiliza el filme- y contar lo que acaba de oír, provocando alboroto, un alboroto que tiene de histérico y muy histriónico (aunque lógico dentro luce algo exagerado, o quizá típico del americano común, momento que colinda con cierto cine B, habiendo borrachos y travestis en el lugar), de bastante crispado, donde entre los presentes hay alguien del gobierno y medio que corrobora con sospechas lo que les cuenta Washelo. Es entonces que los presentes planean rápidamente fugarse al polo sur, a la Antártida, ir al aeropuerto, y suben en un camión y pegan tremenda corredera, movilizando inmediatamente bastante adrenalina, notable ritmo, y acción y energía típica ochentera. No obstante Washelo tiene que avisar a su "novia" y ahí empiezan otras aventuras, a lo After Hours (1985), al saltar fuera del camión. Inclusive entre las aventuras se les prende fuego a dos policías, en una escena super políticamente incorrecta, con un afroamericano joven justificándose de la manera más banal y de la peor irreflexión que colinda con el humor negro, totalmente fuera de lugar o, mejor dicho, de lo habitual. Es un filme que artísticamente es muy libre, muy independiente, y está muy bien hecho como cine ochentero, cine de entretenimiento puro y duro, pero con inteligencia. Lo más genial del asunto es que en efecto el ataque nuclear es real, aun con esa llamada tan light detrás, que no importa porque el entretenimiento si es bueno rompe todas las reglas, y llegamos a participar de ese ataque nuclear, con L.A. de escenario ingresando en el caos absoluto, en la desesperación de la gente común por hallar una salida, huir, salvarse, sin existir ningún plan del gobierno que a último minuto anuncia lo que va a suceder. Washelo empieza a correr literalmente por las calles, que vemos en amplias tomas contextuales, en busca de un piloto de helicóptero, y éste lo encuentra en la performance de Brian Thompson, el mítico antagonista de Cobra (1986). Surge el despelote que está escenificado magníficamente, con buenos efectos especiales y tomas creativas como cuando Washelo se arrastra al ras de los vehículos atorados y caen muertos cerca o cuando subido sobre un auto observa el estado de locura general, de los saqueos, disturbios e incendios. Primero es un chisme que brota como popcorn y luego la realidad misma. El final es de antología, uno original y hasta atrevido. No es una película demasiado conocida, pero realmente vale la pena visionarla, a más de uno le va a sorprender.