martes, 18 de julio de 2023
Carne
El director es el argentino Armando Bo quien se dedicaría a hacer filmes de sexploitation y con la misma actriz protagonista, la hermosa y escultural Isabel Sarli, conocida como La Coca Sarli, una ex famosa reina de belleza nacional e internacional, sex symbol e ícono argentino. Sarli yace desnuda muchas veces y con escenas sexuales no explícitas, solo de soft porn y actuadas, pero se le ve su figura por completo; era una mujer de tremendo atractivo físico y Bo lo explotaría muchísimo en el presente filme, el más popular que hicieran juntos. Sarli no solo es bella sino muy natural en su sensualidad y carisma, irradia un impresionante magnetismo hacia la cámara, aun cuando sus dotes artísticos son bastante básicos. No obstante competente frente a lo que tenía que hacer, interpretar a una chica hermosa llamada nada sutilmente como Delicia que es abusada sexualmente muchas veces; primero por un tipo apodado El Macho (Romualdo Quiroga) y luego por sus amigos que le pagan a él por el servicio de tener a Delicia, sin que ella lo permita, sino por la fuerza. Delicia es vista como el título invoca, como Carne, es una mujer que desencadena mucho deseo sexual, en estos tipos que se comportan como animales, que no tienen la más mínima contemplación con ésta mujer -si bien hay en esto hasta algo de ironía y costumbrismo-. El filme de Bo es tal cual el sexploitation más potente en su tipo, no escatima mostrar a Sarli como poderoso objeto sexual. Ella hace de una joven buena, correcta y enamorada, de Antonio (Victor Bo, hijo del director), un tipo también correcto, pero el deseo y como es vista hace que los obreros de un frigorífico donde trabajan todos los personajes, incluido ella y su novio, quieran poseerla de la forma más violenta y salvaje. Sarli es un canto de verdadero y llamativo erotismo, con escenas donde la hacen ver muy apetecible montón de veces, pero el filme es atroz de ver en cierta forma por el constante ultraje que recibe. No obstante ella como actriz no dramatiza con demasiada solvencia, el filme no deja ver toda la brutalidad en su actuación, debido a sus ciertas limitaciones, en como quedan las secuelas en ella de semejante violencia que padece. Esto hace que el filme no sea todo lo sórdido que conllevan las acciones de múltiple violación, pero no deja de ser un filme extremo, y ligero en como resuelve las cosas y las presenta. Como es un sexploitation en toda regla no es como para exigirle demasiado, pero es un filme solvente en su propio código de resolución; es un filme extremo y primario y esa es la manera de juzgarlo, no esperen una obra de arte. El criollismo o nacionalismo es otro punto de atractivo del conjunto, y su sencillez para ir más allá, como también el uso de la palabra carne es toda creatividad, puesto al orden de lo visual, como una amalgama que le da cierto destaque.