martes, 6 de junio de 2023
Distinto amanecer
Ésta es otra de las grandes películas de la época de oro del cine mexicano y de Julio Bracho, cine negro mexicano, latino, pero que tiene la gran curiosidad de adaptar la dramaturgia La vida conyugal del nacido francés y nacionalizado español y mexicano Max Aub. Es un filme que hablara mucho del matrimonio y lo conjugara con el entretenido y seductor noir, proponiendo un filme hedonista, pero que nunca pierde el deseo de trascender y lo logra, aun cuando es capaz de sacrificar un poco de agilidad. En la parte del noir vemos a Octavio (el gran Pedro Armendáriz), un sindicalista que lucha contra la dictadura de su época o simplemente se le puede designar de un gobierno corrupto en general, que ha manipulado el quehacer sindicalista contra el que éste gobierno lucha y contra la huelga, llegando a todo por encubrir sus pasos, y es ahí que Octavio quiere recoger unos papeles incriminatorios mientras el gobierno mediante una especie de mafia manda gángsters a perseguir y a evitar que esos papeles se consigan y si es el caso matar a Octavio, quien se esconde en casa de la mujer de su vida que está casada y tiene un matrimonio y existencia trágica, donde se ve un poco de cine social. La mujer amada parece como inspirada en la femme fatale de aire a lo Marlene Dietrich, interpretada por Andrea Palma. El filme conjuga cierto socialismo ideológico también, con el cine de crímenes. En un momento hay un cadáver que sacar del lugar y esconder y ronda muy cerca la policía; un vecino pianista, que pone literalmente la nota musical, ayuda; hay una cierta solidaridad medio revolucionaria, aunque todo revestido de un aire y secuencia ligera pero notable que fácilmente pudo inspirar al mismísimo Hitchcock. Max Aub es un confeso socialista -de los que hacen-, salió de España tras la guerra civil y pues éste es un filme que va de sus ideas políticas, pero se puede ver como un filme de entretenimiento y dejar un poco de lado la "sutil" ideología de la obra que adapta Julio Bracho. Lo interesante del filme es que también se puede leer como anuncia el título de la dramaturgia, donde Andrea Palma como Julieta se debatirá por un esposo que la ha maltratado directa e indirectamente, que no significa necesariamente que sea con violencia física, pero le ha generado mucha infelicidad y hasta corrupción, y por el otro lado está como opción el héroe romántico, el seductor innato, el idealista luchador que hace Pedro Armendáriz, aunque éste yace más preocupado por defender sus pensamientos políticos llevados a la acción. Octavio también es medio gángster, como si perteneciera a otra banda, que también podríamos leerlo así, aunque nos saltaríamos un poco el hecho de que en el filme se busca desnudar la corrupción de cara al pueblo. Julieta tiene devoción por su hermano menor, es como su hijo, cuando no puede tenerlos, otro punto para poner más drama. El momento en que Julieta enfrenta frontalmente a una amante o cuando la vemos en el cabaret es como a ella la describen en un diálogo, una mujer de muchas facciones. Puede que débil frente al marido, a su familia, por la que siempre apuesta, aun en las peores condiciones, pero muy fuerte frente a la vida misma, que ella llega a tachar de triste y trágica, pero no obstante se muestra muy capaz de tener tremenda resistencia, que puede leerse como algo extraña. Es un filme que parece poner las cosas claras, el marido que pinta de suavecito es una joyita, pero es alguien también tragado por la realidad, y así con él los demás, es un poco una crítica a la pobreza y exhibir a una especie de mujer fuerte y un poco inclasificable, jugando con romanticismos malditos y viles. La historia conyugal se presenta con el amante, tal cual se estila, perfecto, y el marido que representa la mala fortuna. No obstante parece existir aun redención. Mientras tanto tenemos un atractivo noir, como con la secuencia del baile, donde está el político corrupto y su mafia, los gángsters del cabaret, el héroe inmolador y el mejor amigo depresivo -que se siente, y es, menos que cucaracha- apunto de sacrificarse. Así tenemos como despliegue una gran coreografía de baile clásico mexicano con cierta caballerosidad en el ambiente pero dentro con un toque de cinismo, ya que en realidad estamos en un burdel, y después vamos a parar, la luz se proyecta, sobre el baño del local, como punto de clímax. Más tarde, dentro de tantas vueltas, habrá romance, no solo melodrama. El filme hasta se permite darle un fondo a un interesante sicario -ahí lo vemos varias veces investigando audaz, y hasta como un carnicero amenazante- quien es un peón u obrero en su vida diaria. Las acciones llevan de discreción, ya que aunque tratamos con gángsters estos ocultan su verdadera piel. De ésta manera el filme se otorga mucha tensión y muy buen suspenso. Será también un filme familiar. Es una obra con varias capas, una de las obras cumbres del cine mexicano; un clásico típico, inteligente.