Éste filme de Damien Leone es cine independiente y se nota, rompe muchas reglas, no teme ser trasgresor y se distingue. No es fácil con un bajo presupuesto lograr la distinción tampoco, pero también el cine popular grande se distingue en algunas oportunidades, pero tiene como un estilo que no quiere perder y está bien, a un punto; el cine popular grande puede apostar por su propia originalidad, que esa sí deben buscar, como todos. Por un lado Terrifier está bien y por otro no, es un filme bastante violento, muy sádico, muy explícito, su gore es realmente salvaje, esquizofrénico, y en esto puede distinguirse de cierta manera; digo de cierta manera porque el cine de terror tiene mucha agua bajo el puente. No es cliché decir que Terrifier 2 es para estómagos realmente fuertes, pero también ha sido todo un éxito de recepción, un éxito inesperado y sorprendente de cierta manera, sobre todo sin tener una maquinaria formal potente de venta; y finalmente ganan todos, aunque como parte de un lugar ecléctico como el terror, un espacio muy inventivo y por algo tan cinéfilo y querido, agregando a los cineastas en esa fanaticada por el género. Hoy en día el cine de terror tiene una etapa de efervescencia nuevamente, hasta lo toman más en serio, como arte, gente que no solía hacerlo, el terror ha dejado en éste último tiempo de ser un patito feo, ya no es llamado o preferentemente visto como un lugar de muchas malas películas por segundo o un lugar de muchos rellenos, para haber más entusiastas que detractores -en todas partes asoman- y ese es un éxito que recoge y es una raya más al tigre con Terrifier 2 que hace lo suyo y se distingue, aun cuando su gore puede ser demasiado, incluso para los fans de mente abierta del terror, o aun cuando uno puede valorar más el arte del cine de terror más intelectual o más profundo, menos frontal, menos sádico, menos regodeador en lo brutal y literal, aun cuando Terrifier 2 también trata con lo esotérico y con la locura, propio del cine moderno o último, aunque lo hace sin darle mucha profundidad, sino en su propio estilo pedestre. Lo sobrenatural siempre acompaña al protagonista, al maniático y asesino en serie Art The Clown (un excelente David Howard Thornton), pero lo hace de manera que es menor y muy sencillo, llámele si quiere con vacío o si quiere elipsis o propiciando la libertad mental, es mero acompañamiento de lo macabro, pues Terrifier 2 es entretenimiento puro y duro, brutal, muy frontal ante todo, es una carnicería, pero esto sobrenatural también otorga distinción, y presenta escenas interesantes, muy perversas, aporta al terror abierto, pues es eso al final, más halla de tocar lo esotérico que suele ser más complejo. El filme también se distingue con el propio Art The Clown, que tiene un verdadero cruel humor negro y hace uso del cine mudo en su comportamiento, como la maravillosa escena cuando descubre a su pequeña imitadora o compañera, en el lavado de ropa de pago (también visto como un acto de demencia o alucinación que acompañara a la heroína por una parte y a su hermano menor, como estigma familiar, a raíz de las premoniciones esotéricas paternas). La niña clown es una mini Art versión femenina, una Harley Quinn infantil. Con ella y lo sobrenatural que representa se agrega dimensión y algo de matiz al cine puro y duro, al gore brutal, que predomina en la propuesta. Esto sobrenatural será también parte del concepto de quien es Art The Clown, un ser que parece admirar -como el director- a Pesadilla en Elm Street y al universo de Freddy Krueger, como con la pesadilla tras las velas, de la heroína, de Sienna (Lauren LaVera), aunque esto tiene la personalidad de Damien Leone, de cine B, de cine exagerado que tiene de ridículo (ya la canción es como querer tener algo que nos gusta pero no es demasiado logrado; algo absurdo igualmente). Art The Clown como el propio gore hacia él, los palos que recibe, y en sus asesinatos, es algo que denota sobrenaturalidad, aquí no hay realismo al 100%, hay una notoria exageración que unos llamaran divertido y, otros, repulsivo y demasiado, pero es indudable que Terrifier es interesante aun así, pero es un tipo de filme que no debería ser prolífico, pero debe existir como parte del eclecticismo del género. El cine de arte de terror es el que justamente le está dando mayor favoritismo y mejor receptividad actualmente, y esto es porque el terror intelectual trasciende el género, trasciende el solo divertirse, y se difumina un poco en el océano -en mayor alcance y definición- o las palabras mayores en cuanto a arte, juega en la misma cancha que los otros géneros consagrados y alabados, pero ciertamente el género amerita ésta diversidad, y ser también entretenimiento puro y duro, aun con un gore tan extremo, tan sádico, tan enfermo, como se autodenominarían amantes del terror, criticados por sentir pasión por el horror, como Stephen King, aunque éste escritor y ultra fan del género es mil veces más soft que Terrifier (que por algo éste último asemeja un circo del miedo). Stephen King nunca abandona del todo su inocencia y siempre pervive una buena onda en su arte. Stephen King ha hablado con entusiasmo de ésta película, llamándola old school. La perturbadora Terrifier 2 no quiere ser realista, aun con semejante explicites gore que tiene y que puede histerizar tanto como algunas amigas de Sienna repitiendo ochenta mil veces la palabra Molly (jerga americana para un tipo de droga), dentro de una indiscutible lograda representación juvenil americana o de una buena parte; así el background como asesino en serie y una memorable matanza vista en la anterior película de Terrifier es simple intro, no se ahonda en ello o al poco rato Art entra de lleno a lo suyo sin ya pedir permiso o antecedentes, aunque es una excelente intro con el hermano menor (Elliot Fullam) amante de los asesinos en serie y su investigar sobre Art The Clown para hacer un macabro disfraz de halloween. Así la festividad de Halloween tampoco se ahonda demasiado como espacio, es parte contextual sí, pero se diluye mucho hasta pasar a ser complemento menor del filme, que trasciende en lo sobrenatural en fechas y se eleva en su modo de destruir, incluso lo hace con el alma de la gente, aunque lo hace como juego de humor negro y perversa ocurrencia, escenificado vistosamente en ese colofón entre memorable y peliculero del manicomio. La laboriosa hechura del disfraz de Sienna sí es tremendo alegato de la fiesta de noche de brujas y al mismo tiempo genera atmósferas, un ambiente de personalidad y buenas escenas, y también mete en el saco -no de ese de basura tenebrosa de Art de donde saca sus herramientas de matanza- un poco al cine de fantasía, con ésta heroína o final girl con la que se parece pensar en la doble de He-Man, She-Ra.