miércoles, 23 de marzo de 2022

Belfast


Ésta película se basa en la infancia del director británico Kenneth Branagh, nacido en Belfast, capital de Irlanda del Norte. Su retrato es interpretado digamos que por Buddy (Jude Hill, en su debut en el cine), un niño de 9 años. Es un filme que por momentos de tan intenso que es parece un musical, una obra de teatro con efectos especiales. Tiene un toque de cierta exageración o propio del espectáculo, como con los disturbios en las calles contra las minorías católicas o las peleas contra el gángster local que no lucen realistas del todo, sino son parte de esa magia que vive la familia de Buddy cuando van al cine, fanáticos en especial del western, de joyas de ese género; o en particular, y queda muy bien descrita su pasión cinéfila (y la de Branagh), cuando disfrutan del musical británico Chitty Chitty Bang Bang (1968), sobre un auto volador, y se sienten dentro del filme y de la historia que la llegan a experimentar en la piel. Buddy es un niño bueno, inocente, muy pegado a su familia, muy amante de todos ellos, sin sentimentalismos baratos, pero desde la empatía familiar ideal, que obviamente existe aunque puede sonar algo fácil como séptimo arte tanto como aquella de eterno conflicto. El filme posee de histórico porque se enfoca en las revueltas y ataques de fines de los 60s de los protestantes contra las minorías católicas -que tiene de identificación política, territorial y nacional-; esto perdura en toda la propuesta, pero si bien Branagh no escoge ser esa minoría, los apoya o mantiene un estado de total tolerancia y comprensión con ellos, que llega a decirlo directamente el padre de Buddy a éste, con cierto toque a peliculero digamos también, reflejado en la obra en la inocencia de enamorarse de una niña bella católica. Otro punto constante del retrato es la necesidad de subsistencia económica, que está muy bien expuesta; la familia de Buddy no tiene mucho dinero y el padre tiene que ir fuera de Belfast continuamente a trabajar y traer dinero. Esto trae peleas entre el padre y la madre de Buddy, por más que existe amor entre ellos. Son interpretados por Jamie Dornan y Caitriona Balfe, dos personas de gran belleza que no obstante lucen creíbles como gente de cierta humildad; Caitriona ha sido una modelo muy famosa y su carrera en el cine ha empezado hace 10 años, tiene 42 años. Caitriona en su papel luce una mujer terca, de carácter, no quiere dejar Belfast ni sus raíces, origen y conocidos, que incluye alejarse de los queridos abuelos paternos que son cosa aparte en ésta propuesta, un gran trabajo sentimental y romántico que muchos adoran y han celebrado, en la piel de Judi Dench y Ciarán Hinds que están de lujo, sobre todo Dench a sus 87 años. La madre de Buddy aun amando a su marido no quiere irse de Belfast y Buddy, aunque pequeño, piensa igual; el padre quiere emigrar para estar todos juntos -sin él tanto fuera- y con mayores oportunidades. En todo esto el filme puede que esté exhibiendo una pelea sutil por un cierto nacionalismo contra algo mayor, quizá la palabra Reino Unido, adscrita a una mejor existencia. Pero como dicen las oraciones finales: los nacidos en Belfast, los que se fueron, los que se quedaron, los que murieron, siempre han llevado en el alma éste lugar. Branagh celebra la ciudad donde nació, pero como fantasea la abuela con el cine su lugar en realidad es mental, abstracto, emotivo, como con el amor por la familia, nuestro verdadero territorio.