Ésta película tiene a Clint Eastwood actuando, no solo dirigiendo, a los 91 años de edad, toda una hazaña. Parte importante del filme es ver como se va a comportar Clint como Mike, un cowboy que hacia rodeo y ahora es capataz de un amigo suyo. Clint ha hecho de hombre duro por mucho tiempo, verlo anciano es particular, pocos se animan a hacer películas a su edad, menos como un cowboy, la edad no perdona, cualquier movimiento puede perjudicar la salud real de Clint (encima se grabó en pandemia). En el filme Clint se las arregla hasta para lanzar golpes, pero es el ingenio del guionista Nick Schenk que adapta la novela de N. Richard Nash el que se pone a prueba, junto con como lo efectuará físicamente Clint. Schenk es inteligente, ha sido guionista de una de las mejores películas de Clint donde ha actuado y de su filmografía, Gran Torino (2008). Así también fue guionista de La Mula (2018), una buena película del ya viejo actor Clint. En el filme hay cosas extraordinarias, que quizá algunos no notan, Mike en el presente viaje consigue un trabajo domando nada más y nada menos que mustangs, caballos salvajes, ahí vemos el ingenio de la puesta de escena para hacerlo aceptable al menos y se consigue. Clint aunque ha de tener montón de dobles y mil asistentes se ve que hace algo excepcional, se ve lento en todo momento, propio de la edad, pero se ve que hace cosas, y eso es algo notable que hay que apreciar, además no es un filme malo, aunque, claro, no es una maravilla. A Clint se le ve subir a autos -simbólica carrocería fuerte norteamericana-, dormir en la intemperie, son movimientos muy lentos los que da. El filme lo pone en una historia donde tiene que ir a traer al hijo de su jefe, a México, donde reina digamos la violencia, la gente ruda. Clint se las arregla para quedar bien parado frente a ésta realidad, nuevamente -y es a cada rato- el guion y el filme muestran ingenio, incluso en cómo convencer al muchacho rebelde a quien va a buscar. En un momento se pone el chiquillo sabroso con él, y Clint, Mike, se pone en postura de boxeador callejero y va en serio. Ésta película también lleva ironía y cierta comedia ligera, decente. Clint no es bobo, está bastante al tanto de su edad, tampoco quiere exagerar el sentimentalismo de la edad que tiene y la imagen que da y confronta. En cierto rato una poderosa mujer del tipo salvaje por llamarla de una forma le dice, pero si es un tatita el que me viene a buscar (y ríe); después Clint algo vanidoso y orgulloso la pone medio puta a seducirlo. Sin duda, Clint es el jefe, pero esto es lo de menos, el filme respeta una historia y le pone su buena cuota de humildad al protagonista, interpretado por el legendario Clint Eastwood, bien flaquito, más pequeño, pero actor que sabe actuar, que trasmite feeling, ironía, audacia, algo de firmeza y cierta sabiduría de a pie, sin ínfulas. Clint es un macho hasta el fin de sus días, viejito, pero aun con su personal y auténtico espíritu. Más débil, claro, más tierno, es como dice la mujer, un tatita, pero capaz de ridiculizar a unos policías corruptos y a aspirantes a criminales, capaz de meterse en una persecusión de autos, y de paso ser romántico con una canción cliché -y perdonárselo-. Los actores mexicanos no son perfectos, pero lo hacen bien, dan credibilidad, y no son estereotipos, trasmiten emociones, aun cuando el muchacho protagonista es más blando que lo que se dice de éste, cuando se le achaca ser un gran rebelde, y es en realidad pan de Dios (y todos ríen cuando se pretende cowboy, y es curiosamente su gallo el que da la cara en las peleas, por todos, en más de una oportunidad). Pero esto produce empatía, y buena química con un Clint viejito, como un abuelito amigo. Es un filme para gente sensible, que tiene su cuota de acción medida, que hace de Clint un héroe final, en sus últimos días. No hay que esperar fuegos artificiales, no a los 91 años como actor, es imposible. Pero ahí vemos astucia en dar credibilidad a un cowboy de ésta edad, y que no pretende aplausos exagerados de quien es una leyenda, tiene un personaje más bien humilde, subordinado a su jefe y a su misión, quien sonríe con los decretos de una mujer de carácter, pero quien no deja morir jamás al domador de mustangs, al macho de siempre, aun cuando es obvio que es un tatita, y es un filme que entretiene, que se ve bien, noblezas aparte.