jueves, 9 de julio de 2020
Hecho en casa (Homemade)
La presente propuesta es una película ómnibus, con 17 cortos hechos por directores de distintas partes del mundo, que tienen en común hablar del confinamiento por el Covid 19 y expresarse técnicamente en esas condiciones, durante la pandemia. Empiezo con los que no me parecen buenos. El corto del galo Ladj Ly, porque no posee inventiva alguna; refleja algo social, pero de la manera más plana posible, y sin tocar ninguna fibra emocional. Técnicamente bien, solamente. El de Rungano Nyoni. Versa sobre un chatear en plan cool, actual y romántico, pero no tiene curiosidad alguna ni logra lo que se propone; se le percibe anodino al hueso, muy poca cosa en cuanto a la pandemia además. El de la india británica Gurinder Chadha, porque sólo es mostrar su vida diaria privilegiada al tuétano. El de Nadine Labaki y su esposo Khaled Mouzanar, porque es sólo filmar a su hijita actuando, monologando, fantaseando, que tiene de curioso ciertamente, pero también de incoherente y extraño. Y el peor de los 17 cortos, de la mexicana Natalia Beristáin, que es filmar también a su hijita, sin ningún tipo de aporte o creatividad; la pequeña se comporta sumamente infantil, como cualquier niñita, y no hace nada llamativo, es como ponerle la cámara a un niño de lo más común y silvestre. El nivel de ternura es mínimo como para celebrar siquiera por ello el filme. Los siguientes cortos me parecen interesantes, tienen virtudes, pero los hallo o fallidos, o tiene muchas fallas, o carecen de mi empatía de otra manera. El de la nipona Naomi Kawase. Versa sobre la paranoia de manera lírica, a su estilo cinematográfico de siempre. Se le percibe muy posera, muy arty sin mucha trascendencia, por más que como acostumbra cree su trascendencia hiperbólica. Al final aunque es un retrato tenso quiere ponerle un final positivo y feliz, tal cual refleja su cine, y queda algo medio incoherente, que no sabe definirse. No obstante su corto tiene inventiva, estética, nivel y es curioso. El de Maggie Gyllenhaal. Su corto es un sci-fi y luce atractivo y misterioso originalmente, pero luego el interés se pierde porque no tiene mucho de qué sostenerse, no posee una trama profunda y se vuelve repetitivo y muy simple. Su marido, Peter Sarsgaard, que es el único protagonista del corto, está muy bien, luce muy buen actor. El de Kristen Stewart. Su corto se ve bueno en cómo la actriz sostiene con muy poco implemento entero el filme. Muestra su habilidad histriónica con la cámara muy cerca suyo, casi no se ve contexto, solo apenas una habitación, yace con la cámara pegada al cuerpo prácticamente. Stewart se retrata a puertas de una crisis, pero de manera muy básica, tanto como arty y minimalista -pero con un guión que adolece de cierta ausencia que se hace sentir-, sostenida sólo por su performance que es bastante decente, pero no tan buena, tal cual ella como actriz.También luce demasiado arty, en sentido de la frase que dice mucho ruido para poca nuez. Es un lugar de lucimiento, pero carece de cierto toque para brillar en toda gloria. Es un corto simple al fin y al cabo. No obstante sorprende un poco su actuación. El de Pablo Larraín. Es un corto que se siente antipático inicialmente, que luego se torna cómico con harto sarcasmo, y tiene de bueno como de malo en cuanto a empatía, tal cual es visto Larraín. Tiene su toque perverso light y su suciedad sensual que lo hacen simpático a ratos y a otros molesto. El de Ana Lily Amirpour. El corto se la da de filosófico existencial, pero provoca cierta pereza mental, mucha tontería como para gastar ganas, pero por lo mismo tiene su profundidad. Lo muestra simple, pero efectivo en un paseo de bicicleta por Hollywood, mostrando una crítica suave a la humanidad, pero también defendiéndola; es como un jalón de orejas, un llamado a la conciencia para valorar el planeta, la cotidianidad, las "pequeñas" cosas, el arte. El del chileno Sebastián Lelio. Su corto luce inteligente, pero también algo ridículo; un musical suena curioso. Lelio dice cosas interesantes, como para pensarlas, dichas de manera clara. No obstante a ratos quiere ser distinto y tiene su gracia, pero también su toque kitsch. Es un llamado social y político. El de David Mackenzie. Inicialmente toca fibra, se presenta como el retrato de una adolescente marginada, crea atención, pero luego la pierde por completo, diluye su logro, pierde la brújula de como iba y se convierte en un corto anodino, que ya no importa mucho escuchar ni seguir. Los 5 mejores cortos, los más impresionantes, son los siguientes. El puesto 5 es del canadiense de origen chino Johnny Ma. Trasuda mucha autenticidad y sentimiento, también es un vehículo que luce útil, práctico, es similar a una carta (a una madre y al quiebre con la tradición dictatorial) que tiene una misión -ganársela-, además de que se presta como una buena historia, emotiva, bella, y también bajo un aspecto cool. El puesto 4 es del italiano Paolo Sorrentino. Es un corto que en muy poco tiempo alberga mucha historia, con pocas intervenciones se luce mayor, se nota el nivel del director. Es un tema recurrente en el director, y se nota su dominio y notoriedad. Es bastante irónico y simpático, tiene su pequeña trasgresión. Está hecho con adornos, con figuritas, una de la reina Isabel II y otra del Papa, que comparten un amor platónico. El puesto 3 es de Antonio Campos. Es una historia de terror. Aunque no es muy original, es algo visto por quien ama y conoce el género, es bastante atractivo aun así, está muy bien hecho. Tiene su inquietud y su pequeño misterio. Pone a Christopher Abbott de protagonista y no falla. El puesto 2 es de Rachel Morrison. Su corto es full sentimiento, es muy emotivo, pero positivo; tiene muy poco drama, aun retratando por una parte la muerte de un ser querido. El filme se basa en el amor de un padre a su hijo, en buscar su felicidad de niño, a través de las pequeñas grandes cosas de una infancia plenamente realizada, aún en medio de una pandemia. Morrison enumera el mundo fantástico de su hijo, un mundo ideal, lleno de novedades positivas y alegría. Es el manto protector del padre al hijo. Es un filme sumamente hermoso. Si el de Ma era bueno, éste es re-bueno. Pero pueden ser vistos como complemento el uno del otro. Sencillo, pero te cala hondo. El primer puesto es del alemán Sebastian Schipper. Su corto es un logro técnico, de efectos especiales, con recursos sencillos, y tiene originalidad y es cool; versa sobre la locura del encierro, pero guarda su parte de misterio.