lunes, 3 de noviembre de 2025

The Day of the Jackal


Uno puede engañar a todo el mundo, pero no a uno mismo. Salvo seas un autómata y no sepas determinar realmente si un filme es bueno o malo. La primera persona a la que alguien que ama o le apasiona el cine de verdad, debe impresionar, es a la de su propia cinefilia, ser auténtico con uno mismo. ¿Cómo impresionar a nuestra propia cinefilia? Buscando las películas que realmente son la gloria misma, es decir, las películas que hacen que uno sienta verdadera felicidad, las que uno dice, esto es arte, esto es hedonismo (que no vacío), esto es tremenda película, y quiera seguir pegado a su pasión por el arte. La presente película es una de las mejores películas de la historia del cine británico. Hay películas que dicen son la gloria misma y no lo son. Ésta película si es lo que hablan de ella. El director es el americano Fred Zinnemann, el director de las maravillosas High Noon (1952) y De aquí a la eternidad (1953). Adapta un libro que dos años atrás (1971) fue un bestseller, perteneciente al británico Frederick Forsyth. Es una ficción pero tiene un punto de partida real que es el inicio del filme. Un atentado contra el presidente de Francia durante comienzos de los 60s, contra Charles de Gaulle, a manos del grupo terrorista francés OAS, tras otorgarle de Gaulle la independencia a Argelia. El filme nos dice que para 1963 el OAS prácticamente estaba desarticulado, pero es ahí que entra en acción la ficción, cuando los últimos terroristas contratan a un asesino a sueldo apodado El Chacal, sobrenombre muy popular en adelante por el mundo, para un nuevo atentado a de Gaulle. Desde su contratación El Chacal trabaja sólo, aunque tiene informantes, topos, cerca de la policía. El Chacal es un tipo anónimo, sólo se sabe que es un inglés, pero al final Zinnemann hace una jugada (irónica quizá)  con no reconocerle nada, curioso dato, porque la producción del filme buscó británicos especialmente, y franceses, para su reparto, cuando el director tenía el anhelo de poner de protagonistas a nombres llamativos del cine americano. El Chacal es interpretado por el británico Edward Fox, en el papel de su vida, un rubio de cuerpo bien marcado, flaco pero atlético. El Chacal es famoso por diseñar sus propios planes de asesinato, como una Misión Imposible de un asesino a sueldo. Lo vemos mandar a diseñar un arma especial para el asunto, ligera y muy estratégica. Su identidad real es un gran misterio, borra toda huella con gran maestría. Es como si no existiera. Es los personajes que se recursea para movilizarce sin ser detectado. Es maestro en escapar, que es razón vital en su quehacer, poder huir y no ser hallado. Esto es pieza importante de todo lo que hace. Se dice que ayudó a asesinar a célebres políticos y hasta dictadores. El filme tiene una contraparte en la policía que lidera Lebel (Michael Lonsdale, también en el papel de su vida), especialmente llamado para atrapar al Chacal. El filme se convierte en una gran pesquisa, donde se pone a prueba el ingenio del Chacal, un tipo muy inteligente. Pero Lebel trabaja en equipo. Toda la policía, internacionalmente, particularmente la británica, está tras atrapar al Chacal y así evitar el atentado en Francia, en la próxima aparición pública del presidente. Lebel también es un cerebro y sabe sacarle el jugo a los recursos oficiales y hasta alguno no oficial. Es una película muy dinámica, bastante entretenida, una que nunca baja la guardia. Se pasa de poner en movimiento un plan de atentado a volverse la persecución del gato sobre el ratón. No obstante el plan de asesinato ya está definido, ya está sutilmente explicado al espectador, no sólo con palabras. La cosa es llegar al punto de ejecución (con todo en contra). Para eso el Chacal debe sobrevivir a la investigación policial en curso, cuando se dice que de Gaulle tiene la mejor seguridad (policía) del planeta de su lado. Es una película donde el asesino a sueldo es frío (mata inocentes o intrusos para no ser detectado, rastreado), sin llenarlo de pompa superficial. El Chacal es practicidad a la vena, muestra, ejecuta, detrás de su inteligencia. Su figura es de sofisticación, no es un héroe de la acción, que no es malo serlo, sino ésta es otra película, es un thriller político, no una película de acción pura y dura. Ésta obra es impecable en su producción de arte (como con los veloces robos de los bancos o el minucioso desfile del final), es una película imponente. Amable y audaz por igual. En todo momento se percibe cautivante. La policía se ve muy capaz con Lebel a la cabeza (donde muchos aportan, literalmente lo llaman mucho por teléfono). Van detectando todo. Las resoluciones son sencillas finalmente. No es una propuesta que pretenda ser compleja de entender, es una película de entretenimiento, popular, pero hecha con mucho talento.