domingo, 23 de febrero de 2025
Decision to leave
Decision
to leave es un muy buen noir al estilo coreano, de la mano de la magia del talentoso
Park Chan wook. Tiene una parafernalia cómica que acompaña en una primera parte
y poco a poco la propuesta se va poniendo seria, como suelen hacer el cine en
Corea. De ésta misma manera mezclan cierta pequeña extravagancia expresiva que
recorre toda la narrativa, que te pone fuera –un poco, pero entendiendo sin
problemas la película- de las convenciones y presenta novedad en la forma de
relatar o ver. La historia es sobre una asesina que se enamora del detective
que la investiga, como en Bajos instintos (1992). La asesina la interpreta la
hermosa actriz china Tang Wei que hace justamente de su nacionalidad origen. En
la historia ella era mantenida como trofeo por un marido millonario, pero
pronto, como sueño húmedo feminista, el hombre caerá de una montaña señalándosele
un suicidio. Es así que el detective de policía Hae-jun (Park Hae-il) quedará
prendado desde el inicio de la sospechosa. El primer interrogatorio tiene un
leve toque a lo Wes Anderson. Además, Seo-rae (Tang Wei) es inteligente y se nota
en las conversaciones que sostiene con él. Ella autodefine su universo mencionando
a Confucio (y la montaña y el mar acompañaran todo el filme), la película se
mantiene en el uso de referencias asiáticas, lo cual es un acierto, proponer la
propia personalidad dentro de un paquete que puede coger cualquiera. El filme
se convierte en uno de romance dentro de un noir. Ella es una femme fatale.
Seo-rae se nota siempre naturalmente perspicaz, quien habla mucho con la
mirada, detrás de su belleza, la belleza madura de una mujer de 45 años.
Hae-jun está enamorado de su trabajo como policía, pero Seo-rae lo volverá
loco, la fémina se transformará en su prioridad mental, aunque algo siempre los
separa y él mantiene las formas, lucha por cumplir con sus deberes y sus
compromisos. Cuando finalmente confiesa que la ama, lo expresa indirectamente,
con un acto que va por encima de su orgullo como policía, profesión que es la
que siempre lo ha obsesionado, aun cuando teme hallar crímenes donde haya mucha
sangre (y hasta esos detalles los recordará Seo-rae). Ella, producto de su alta
capacidad intelectual, capta la declaración, como poca gente lo haría. El
detective está casado hace más de una década. Su esposa, que muestra su
personalidad, no es un ente de adorno, le propone tener sexo una vez por
semana, aun cuando se lleguen a odiar, hacerlo un pacto. Hae-jun en un momento
pone su vida en manos de la femme fatale, se entrega a su amor tanto que él
mismo deja de importar. Muchas circunstancias particulares llevan a que pasen
asesinatos que se van descubriendo despacio y sus justificaciones son curiosas
en sí (tanto que pareciera que se dijera que matar muchas veces tiene sentido,
si bien esto te lleva a la autodestrucción), puesto que es una película de
misterio e investigación, la que tiene su complejidad, siendo el detonante cómo
es tratada la mujer, cómo percibe el mundo. El crimen está fuertemente ligado
al romance. El detective He-jun tiene una personalidad difícil, pelea consigo
mismo, e igualmente es muy inteligente. Así lo vemos movilizando la pantalla colocando
escenas (con él como vigilante y fantasma) que brotan de su mente, similar a El
Aura (2005). Es una película un poco intrincada de seguir en su figura de
especificar los crímenes, hay mucho celular de por medio, pero así mismo está
la obra expuesta con la típica intensidad, locura, de los poderosos y famosos
thrillers coreanos, por lo que no falta la violencia y los exabruptos, los
matones primitivos como salidos del anime. Es una película que rompe un poco
con lo común al poner los crímenes bajo la lupa de la potente pasión afectiva.
Es verdad que esto se suele percibir en montón de filmes, sólo que de la misma
manera a menudo como apunte superficial, mientras que aquí está ensamblado
dentro de una argumentación sólida, como una gran narrativa noir a ese eje. El
relato aunque algo intrincado nunca deja de ser fresco, de sentirse vivo,
intenso, con su espolvoreo de extravagancia sostenida. La relación entre la
china y el policía insomne tiene mucho atractivo, y no es algo usual, que se
percibe desde lo sexual, sino es a través de un quehacer romántico, dentro de
lo clásico y poético, aunque maldito. Ambos son capaces de romper toda regla por
el otro. Hasta el final no faltan las pruebas de amor.
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