domingo, 6 de septiembre de 2020

Relic


Relic (2020), debut de Natalie Erika James, no es una gran película, pero tiene sus cosas interesantes y entretiene, no es tampoco mala. El filme en mucho parece un drama de extrañezas, enfocado en la abuela de la familia, que empieza a sufrir de demencia senil. Éste filme australiano celebrado en el festival de Sundance centra su terror en Edna (Robyn Nevin). En ello tiene su virtud, enfocarse en un sólo elemento en lugar de disparar un caos de elementos buscando sorprender al espectador de forma barata, rápida y fácil. El filme en mucho tiene una temática seria, la vejez, dentro del horror que la complementa y que nunca exagera. Aun así hay un momento en que el filme explota en terror, pero se calma al rato y vuelve a ser digamos introspectivo. Esto puede no gustar a los que buscan emociones fuertes en el género, pero igualmente por lo mismo puede enamorar al público, como ha pasado en Sundance. La historia es sólida y en cierta forma minimalista para pensar. Edna dice una frase melancólica y terrible a un punto, ¿dónde están todos?, lo dice en un lapso de suma debilidad, apuntando a la vejez. La trama presenta a tres generaciones de mujeres en una familia, las relaciones son realistas, tienen un comportamiento donde exhiben amor y cuidado, pero con sus fastidios, enojos y egoísmos. Edna a ratos es difícil. Aunque Emily Mortimer es el rostro más fácil de identificar es realmente Robyn Nevin la que tiene más carne en la película. Mortimer es la madre de Sam (Bella Heathcote) e hija de Edna. Sam tiene su buena y extraña escena de terror atrapada en la casa. Éste filme también va de casas encantadas y maldiciones. Ésta lectura recubre el realismo de la vejez y la demencia senil.