miércoles, 24 de junio de 2020
El niño y la niebla
Ésta es una obra maestra absoluta. Le pertenece a la época de oro del cine mexicano. Le pertenece a Roberto Gavaldón. En ésta película está la legendaria actriz mexicana Dolores del Río. Es una película de muchos registros de la personalidad de las personas, la gente es buena, es mala, es perversa, es santa, es abnegada, es muchas cosas en uno sólo. Así se ve en el trayecto de la película a Marta (Dolores del Rio), pero ella tiene plena justificación en el filme, teme la locura. Como ésta es hereditaria le aterroriza que su hijo pueda ser esquizofrénico. A partir de esto -que se sabe en adelante- Marta sufrirá un montón, siempre, y el espectador lo vivirá intensamente. Marta cometerá mil errores por ésta grave y ciega preocupación, no podrá ser feliz durante toda su existencia. Primero perdiendo al amor de su vida, que es un hombre no intachable, pero tampoco malo, pero cruel aun así. Después no pudiendo corresponderle a un hombre que es bondadoso y muere por ella. Éste hombre es su marido, Guillermo (Pedro López Lagar), tipo que se hace querer por uno, que es puro amor, aunque también puede llegar a ser cruel, pero porque es humano, porque ama demasiado. En medio de todo está el hijo, Daniel, que ha sufrido el terror secreto de su madre, y por culpa de sus padres es un niño débil y temeroso, endeble frente al despiadado mundo. Éste filme es duro, pero al estilo clásico, de manera elegante, de manera sutil y delicada. Es un filme que duele, que despierta bastantes emociones y sentimientos, que produce mucha pena. Guillermo sufrirá mucho por Marta, y no obstante así seguirá al pie del cañón -aun llorándole sus penas a las prostitutas-. Un sufrimiento de más de una década y que parece no tendrá fin en vida. La locura está en todo el filme, incluso estéticamente lo representa en la propuesta una máscara vista en un baile de disfraces. Hasta ahí llega la genialidad del filme. Tiene actuaciones maravillosas, incluso del hijo. Es una película que tiene personajes cargados de matices, hay como varias películas en una, todas muy bien cohesionadas, pero siempre frente a un mundo que se encarga de darles poca tregua.