jueves, 2 de febrero de 2023

Sundance 2023: Brujería y A Thousand and One


Brujería

Ésta es una película que tiene un cierto aire austero pero que va remontando al tiempo que se empieza a poner cada vez más interesante. La dirige el chileno Christopher Murray. Es una película que juega mucho con la brujería tal cual anuncia su título. Abrimos con un acto misterioso donde aparecen cantidad de ovejas muertas y hay un símbolo de pertenencia a los autóctonos del lugar. Se culpa a los indígenas y empleados de un hogar alemán, aunque yacen criollizados. Estos alemanes son colonizadores y dirigen las islas de Chiloé durante fines del siglo XIX. Surge una tragedia tras un enfrentamiento entre 2 hombres y empieza el viaje iniciático de nuestra protagonista, una jovencita llamada Rosa (debut de la muy prometedora Valentina Véliz Caileo). Ella conocerá a los de La Recta Provincia, quienes son entre brujos y revolucionarios indígenas, manipulando notablemente de forma práctica lo nacional. Es un filme de aventuras y yace entre algo de fantasía y mucho folclore y tradición indígena chilena. Rosa conocerá al líder Mateo (Daniel Antivilo) y desentrañará junto con él magia, firmeza, identidad y pasión por la vida y la lucha por el control de las islas. El patrón alemán (Sebastián Hulk) moverá sus influencias y su libertad de poder contra la muchacha y sus semejantes. En el filme la brujería existe aunque se mezcla con los actos revolucionarios y tiene de ambigüedad, mito y de realidad difícil de comprobar ya que todo se hace a oscuras, en secreto. Pero se deja creer que los niños se convierten en perros y que la piel humana sirve para hacer ritos. Rosa logra ingresar en una cueva mística y conoce el lado secreto de los indígenas, se llena de trascendencia espiritual si bien ésta no se encuentra en el cielo sino en el mar. En medio tenemos su lucha contra los cristianos, representados por el alcalde corrupto que se rinde a los deseos y ordenes de los alemanes. Es un filme entretenido e interesante, te atrapa rápidamente, y va de menos a más, tiene una buena historia entre manos. Es una propuesta nacionalista y folclórica y lo mezcla muy bien con la aventura de las luchas libertarias contra los foráneos y de manera fácil pero efectiva con lo sobrenatural. 


A Thousand and One

Éste es un filme que tiene un remate a lo Paris Texas (1984) donde todo se alinea y hace explosión de fuegos artificiales, es decir hay que llegar hasta el final para observar todo de nuevo con otro tamiz y descubrir la grandeza de su narrativa e historia, coger su originalidad. Es una película sobre el barrio, sobre Harlem, New York, y sobre afroamericanos y lucha por sobrevivir, a través del amor de una madre fuerte y algo dura con su pequeño niño al que decide finalmente llevarse consigo tras haberlo dejado antes. Cójase ahí la magistral vuelta de tuerca luego. Ella sale de la cárcel y con un buen neorrealismo moderno, a lo americano, a lo afroamericano, trabaja de peluquera tras recibir los implementos de la ayuda social. Es una historia sobre pobreza material y soledad y abandono, es formar y solventar una familia, salir adelante, de cierta forma a lo Hirokazu Koreeda. La dirige, en su debut en el largometraje, la joven afroamericana A. V. Rockwell que deja muy en alto al cine indie americano y al festival de Sundance que apuesta por estos filmes y por ella, siendo cuna de la difusión del cine independiente y de su enaltecimiento. Participamos de una trama donde vemos el crecimiento de Terry a la vera de su madre, a quien observaremos a los 6, 13 y 17 años, por distintos talentosos actores. La actriz, y nutrida directora de videoclips, Teyana Taylor, llena muy bien los zapatos de ésta mujer de barrio que es Inez, ésta sobreviviente que quiere sacar adelante a su familia y hacer de Lucky (William Catlett) un soporte, un padre para su hijo, y lo conseguirá. Lucky mostrará hasta sabiduría, madurará, lo vemos medio tipo gángster al inicio, y poco a poco se va suavizando, se le mirará llorando muchas veces y no desentonará, matizará su rudeza, que yace más firme en la impredecible Inez. No solo es apostar por los que no poseen mucha difusión y tienen algo importante que decir y se esfuerzan por sacar a flote sus proyectos de presupuestos más austeros, sino que haya y brille el talento, el arte y la creatividad, y todo eso está en Sundance y en éste filme que ha ganado mejor película americana en el festival.