domingo, 22 de diciembre de 2024

El realismo socialista


El realismo socialista es una película incompleta de Raúl Ruiz elaborada en 1973 poco antes del golpe de estado que derrocó a Salvador Allende, obra que ha sido finalizada el 2023 por su viuda, la cineasta Valeria Sarmiento. Se ha explicado que se ha recuperado el metraje que observamos de éste filme, de diferentes partes del mundo como Estados Unidos o Bélgica entre otros países que preservaron algún pedazo y un nuevo equipo encabezado por Valeria Sarmiento lo ha armado, ha unido sus partes dispersas y le ha dado cohesión y continuidad, como también lo ha musicalizado, montado; igualmente, ha mezclado el sonido original y ambiental y lo han postproducido y restaurado en sus distintas deficiencias. Es una película crítica con La Unidad Popular, el partido donde se agrupaban las distintas izquierdas que llevaron al poder al presidente Salvador Allende, el primer gobernante socialista del planeta en ganar unas elecciones democráticas, por el voto real y mayoritario del pueblo. Raúl Ruiz critica desde su militancia socialista, no como un disidente del gobierno o de su ideología. En 1973 el gobierno de Salvador Allende estaba sumido en el caos, quizá por sus malas decisiones y/o por su notoria debilidad para hacer respetar sus ideas. El realismo socialista permite ser crítico y ver parte de ese caos, poderlo entender de cierta manera. Como con la conversación con el taxista, se puede leer que asoma, era latente, un posible golpe de estado. Chile se hallaba en conflicto de opuestos ideológicos. También había gente poderosa que quería defender -como es lógico- sus propiedades y su dinero. Así mismo existía también descontento de parte de la ciudadanía de a pie. Ruiz deja entender éste descontento, y no sólo se enfoca en los malos elementos del partido, sino en gente humilde que únicamente quería poder trabajar y mantener una vida digna y a su familia, como era la promesa del gobierno socialista de Allende, y por la que muchos se opusieron a la vía más clásica. El filme muestra que la conformación de La Unidad Popular, de los distintos elementos de izquierda, de los distintos compañeros, no era del todo saludable ni beneficiosa para el éxito del partido, hablando cuando ya se hallaban en el poder, aun cuando ésta unidad le otorgó el triunfo al propio Allende, más la promesa de su imagen y quien era. Muchos integrantes izquierdistas son analizados en El realismo socialista, en porqué ingresan al partido, su pertenencia y su pensar socialista. Se muestra que estos movimientos de izquierda en realidad no los dirigen los obreros o los pobladores más humildes (aunque hay participación), sino se llena de una cierta clase media en descenso, una burguesía venida a menos o que no ha podido despegar con anterioridad, gente en cierta manera de élite que se haya por debajo de sus aspiraciones políticas y económicas. Es como Lenin y los bolcheviques, es el intelectual de izquierda, que es pobre, se siente oprimido, quien enarbola el disgusto y las aspiraciones generales. Al pueblo no le importa ni el socialismo ni el capitalismo ni ninguna ideología -salvo que lo adoctrinen o manipulen-, lo que quiere son oportunidades, anhela progreso -que no sabe como obtener y requiere de un liderazgo efectivo-, una vida digna, una vida como la de la clase media americana, donde el obrero o la clase trabajadora puede vivir decentemente. El sueño americano no es para el excepcional sino es que cualquier americano -nacido o inmigrante después nacionalizado- puede aspirar a una buena vida, si se esfuerza, dentro de un ambiente positivo. No necesariamente es parir la vida de un millonario, pero trata de poder acceder a cosas materiales, poder pagarse la salud, la educación para los hijos, casa, auto, alimento, ropa, alguna recreación básica. Vemos en ésta propuesta que muchos no son izquierdistas reales o digámosles honestos o de corazón, no creen realmente en ello, ni lo defienden con hechos de valor, sino se podría decir que son oportunistas, sólo quieren beneficiarse sin más, visto desde un individualismo ramplón, de esto que el Chile de la época padece que destruyan o saqueen la empresa que esperaban poner a trabajar comunitariamente, hacen daño de ésta manera al resto, descomponen el gobierno, hacen que éste no pueda refulgir económicamente -todo es repartija y no hay sostenimiento-, esto así mismo es culpa de la burocracia, de la ineficiencia del liderazgo. Un empresario se motiva para que su empresa triunfe, así sea dicho desde dar directrices, se encarga de la logística, de hacer mover la rueda, puesto que su empresa implica dinero y beneficio para él (lo que no debe faltar es que el obrero o trabajador también salga beneficiado, aunque como peón sea menor el beneficio). Esto no era visto así en la práctica de muchos socialistas que pertenecían a la Unidad Popular, más bien generaban que la empresa no produzca ni siquiera trabajo para los compañeros, hay una falta de moralidad ahí. Ruiz no critica el socialismo, critica los malos elementos de éste socialismo que compartieron con Allende el poder o hicieron que fracase, que crezca el descontento y que la gente se desuna, que todos peleen por su propios intereses. Muchos eran contraproducentes. Se ve también gente inepta con poder que al hallarse por perderlo hacían cualquier cosa para desquitarse, había mucha traición al propio partido, al éxito de éste. No había un anhelo altruista, de defender los ideales, el beneficio de todos. Igualmente con la cultura, había un distanciamiento real de lo que se necesitaba verdaderamente para sacar adelante al pueblo. Se percibe que querer imponer burguesía al pueblo no suena lo más inteligente si antes no das una vida digna, hablando del grueso de la población, aun cuando los romanos como imperio nunca dejaron de darle circo al pueblo. No todo es negativo. Se oye que la gente del partido ponía en movimiento el intelecto, pero otros solo buscaban pelear. La critica de Ruiz tampoco es exhaustiva, recoge solo algunos puntos. Pone en particular circulación dos malos elementos, el socialista saqueador y el socialista burgués traidor y solo interesado en sí mismo. Sin liderazgo, sin orden, sin laboriosidad, con entrampamiento burocrático, no hay esperanza de éxito. Todo eso se puede ver en éste filme, con el sugerente título de mirar más allá de las poéticas. La propuesta juega un poquito a la broma, con los trabajadores peleando literalmente, más un final como quien dice de película, donde se fantasea con lo gángster. Pero hay mucho de racional en la película. De la libertad se menciona poco, medio que todo se percibe anárquico. Mientras tanto en pantalla pasean marchas con ruidos de cacerolas, aunque brevemente. Se entiende que el golpe haya detenido la realización del filme, Allende pasa a ser un especie de héroe, ya el socialismo chileno no aguanta una autocrítica para la época, pero tantos años después es una valiosa radiografía histórica. Lo curioso es que no es un documental, es una película actuada por actores no profesionales, por obreros podemos decir, y ciertos socialistas intelectuales de clase baja, y lo hacen todos muy bien. La secuencia con el debate de la procedencia izquierdista es tremendo.