viernes, 12 de diciembre de 2025

High Sierra


Ésta película tiene muy buenos antecedentes. La película la dirige Raoul Walsh, que tuvo una filmografía prolífica y dominó el noir. Éste es uno de los noir más celebrados de la historia del cine clásico. El guion está hecho por William Burnet quien escribió la novela que adapta Little Caesar (1931) que guionizó, película seminal y de las más destacadas del noir. Burnet escribió la novela que adapta el presente filme y con el tiempo cimentó su nombre en el género tanto en literatura como en el cine. Lo acompaña como guionista John Huston quien ahí no más debutaría como director con otro noir capital, El Halcón Maltés (1941). El protagonista es un criminal, un asaltante de bancos que recién ha salido de la cárcel tras 8 años encerrado, Roy Earle, interpretado por Humphrey Bogart que con ésta película pasó de actor secundario a actor principal, es el punto de inflexión en su carrera. Es una película muy detallista, muestra cada cosa, pero lo hace con esa edición magistral que posee el cine americano, maestros del tiempo y de la exposición. Cuando a la pareja de Earle se le dice que mañana va a tomar el bus para huir, sobrevivir, efectivamente lo hace. Se ve como se despiden besándose a cada rato. Cuando Earle maneja el auto por diferentes estados, lo vemos en pantalla. Cuando Earle sale recién de la cárcel y quiere volver a descubrir el mundo, pasear un poco al aire libre, lo veremos. La brevedad va de la mano con la precisión y la proyección hacia más en la imaginación tras la escena. Ciertamente podrían durar algunas cosas un poquito más, no obstante no se percibe como un defecto, sino siempre es competente. Tomemos en cuenta que hacer un filme demasiado/prolongadamente especifico fácilmente podría catalogarse de defecto en sentido no de realismo positivo -que la escena muestre un alto grado de verdad hacia la comprensión del espectador sin darle algo vacuo- sino que al ser uno muy lento con el cine es por lo general una deficiencia. Earle es un criminal hecho y derecho, es la vida que lo define. Se dice varias veces. Se podría adjudicar que es un hombre malo. No duda en dispararle al policía cuando éste lo enfrenta. No le queda otra dirían. Lo mata, a poca distancia. Cuando los jóvenes ladrones muestran debilidad, les falta el temple y pierden el control y se desbarrancan, Earle los desestima sin ambages, por frágiles,  por no estar hechos para la vida que han escogido seguir o practicar. Dice también haber optado mal por no matar al cómplice interno del robo de los diamantes. A él le dice abiertamente que se le nota que terminará como un soplón. Pero sólo le cuenta una historia para asustarlo. Así mismo Earle también muestra un buen corazón en otros momentos. Con la chica coja a quien nunca le falta el respeto aun cuando ella se muestra cruel con él. No reniega de haberles ayudado. También cambia de juicio, tiene comprensión, oye a los demás, como con Marie, interpretada por Ida Lupino, que tiene una performance a la altura de su protagonismo. Marie ha sido bailarina desnudista, pero quiere otra vida, quiere a un hombre de verdad, quiere ser leal. Llora en un momento como damisela abandonada para convencerlo y lo conmueve. Earle la llega a querer, hasta ser capaz de morir por el otro. Pero como bien dice el doctor, ahí está la estela del mítico John Dillinger, morir en la ley del hampa. Earle no va a regresar a prisión. Se siente reflejado en una paloma que asciende libre al cielo. El criminal prefiere morir a ser otra vez atrapado, enfrentar en esa gloriosa escena de Sierra Nevada, tras las montañas, a una gran cantidad de policías que lo tienen rodeado y del que es imposible escapar. Entra la mítica del perrito simpático, pero malagüero, similar al propio Earle, quien ya ha escogido un destino. El jefe mafioso se justifica, todos vamos a morir dice, que no te importe pensar en ello. La ley del criminal. Hay persecuciones en autos bastante notables, al puro estilo clásico, llevan potente adrenalina sin efectos especiales. Muchos disparos, mucha acción, más su toque melodramático. Earle es de los de verdad. Earle es realmente duro. Ya el corte militar o alemán lo manifiesta todo, al estilo del corte de Dilllinger. Pero se permite hablar de las estrellas con tremenda sonrisa. El rostro iluminado de Bogart. El hollywood fundacional en toda grandeza. Se permite ironizar con la bondad, tras traer al perro en el auto, mostrando amabilidad.