miércoles, 20 de abril de 2022

Le boucher

 

Claude Chabrol ama el thriller y lo hace muy bien, le pone personalidad. No es tan intenso a veces, pero te deja pensando. En ésta oportunidad el filme más que mostrar un misterio o una investigación, aunque la hay, muestra un tipo de personalidad, aun tratando con el lugar común. Ésta propuesta es como participar de un slasher, pero sin tanta sangre ni tan explícito, hecho al estilo del cine arte, y encima es cine popular con autoría, como podemos denominar a éste thriller europeo, al estilo personal de Chabrol. El filme aparte de tener un asesino en serie suelto en un pueblito francés es la historia de un romance, de un enamoramiento, entre Popaul (Jean Yanne) y Helene (Stéphane Audran). Helene ha tenido una experiencia traumática y no quiere ninguna pareja; Popaul, hijo de carnicero y carnicero en sí, ha estado en la guerra y también contiene rezagos traumáticos, pero ambos aun así se muestran amables y simpáticos, sobre todo entre ellos, hay química, siendo gente no tan llamativa, pero con harta personalidad cada uno, son inteligentes y relajados. El filme es sólido con ese enamoramiento, con ese intento terco pero no violento de Popaul de conquistar a Helene. Hay muchos momentos buenos de crear una relación, un vínculo afectivo. La apertura de un matrimonio es un gran inicio, además de gran secuencia visual, y sigue hasta el trabajo de ella, como maestra de niños, donde hay más buenos momentos. Es un filme bastante sencillo, pero muy bien hecho, es bastante entretenido. Existe un juego de sospechas también audaz con poco. Es ingenioso mezclar una relación normal con un asesino acechando. Es como ver una película de Rohmer con Hitchcock; oír a Truffaut y poner nuestro granito de arena de personalidad.