Esta película recorre la delgada línea entre el martirio,
que otros nos propinen daño y uno lo reciba pasivamente, y convertirse en una
despiadada y calculadora asesina en consecuencia. Ésta será la reacción de Katherine
(Florence Pugh) cuando conozca a Sebastian (Cosmo Jarvis), cuando se enamore
apasionadamente de él. Primero será vendida en matrimonio a un hombre que la
rechazará sexualmente a pesar de ser una bella y dócil mujer. Su suegro la maltratará
al mismo tiempo que su ausente marido. En ese escenario ella mutará, hasta
observar la persona brutal en la que se convertirá.
La historia inicialmente resulta la lucha por la libertad y el feminismo
del personaje para después convertirse en un ser repudiable. Es un retrato duro y
potente de la mente criminal, que otorga pocas concesiones. Es ver como se
pudre la mente, y se convierte la protagonista en alguien que ya no puede contenerse
ni justificar su proceder. En esto el filme es valioso, porque no pretende un
camino fácil. El filme se basa en la novela Lady Macbeth of Mtsensk, del ruso Nikolai
Leskov. Ya el sobrenombre de Lady Macbeth lo dice todo, empieza con ideas que
buscan redención y termina en la peor crueldad humana.
Esta propuesta tiene una fuerte carga sexual, escenas sensuales,
intensas y muy provocativas, sin llegar a lo explícito. Más tarde llegará la
corrupción y el deterioro. Está ubicada la trama en el siglo XIX en la Inglaterra
rural. Lady Macbeth (2016), del inglés William Oldroyd, es un clásico pero
contundente relato de una figura criminal, ese que trata de justificar su
manera de ser aduciendo que es producto de su vida. No se niega que ella
empieza sumisa y su esposo y suegro la humillan sin razón, constantemente, la
tratan terriblemente. Pero en silencio algo cambia dentro de ella, de forma
violenta, donde ella será siempre hermética. Sus acciones son extremas y llegará
a perder la consciencia, si su fin así lo requiere.
El filme tiene elegancia, el filme trasuda belleza visual, aun
tratándose del campo. También hay una relación con la sirvienta Anna (Naomi
Ackie), quien sufre incluso más que la protagonista. Uno puede pensar que es
algo racial, pero la película lo termina desmintiendo con otros personajes de
color y sus relaciones y lugares sociales. Esto pasa a segundo plano, y más es
el abuso hacia la condición de siervo, de empleado. Es el poder de la riqueza y
en la posesión material incluye a las personas. Katherine romperá con todo, su
libertad será absoluta, sus deseos terminaran equivaliendo y más, sobrepasando,
su martirio.
Es un filme pasional en todo sentido, de amor y muerte (desnuda
su esencia), pero sin llegar a la telenovela, lo criminal será oscuro y no
superficial. El cambio de conducta será muy sutil, en todo esto yace lo mejor
de la película. Katherine es un personaje muy rico, una fémina poderosa. Se le
ama, se le odia, te conmueve, la repudias. La bella Florence Pugh tiene de
vulgar como de refinada. Su mirada estática con su corsé y vestido en forma de campana de la época
victoriana, mirando de frente, lista para una fotografía, marca de la película,
es enigmática y perturbadora. El filme es muy cinematográfico en su olor de
antaño.