sábado, 8 de agosto de 2020
Kill, Baby, Kill (Operazione paura)
Operazione Paura (1966), de Mario Bava, es una obra maestra del cine gótico. Así lo ha dicho también Martin Scorsese, maravilloso director, restaurador prolífico de películas y gran cinéfilo. No obstante Mario Bava no tuvo en vida todo el éxito que su cine debió merecer e incluso él mismo se subestimaba en entrevistas. Pero sin duda fue un genio del séptimo arte, uno de los grandes maestros en especial del cine de terror. La presente película es perfecta de cabo a rabo. Tiene escenas magistrales. Presenta a una niña de 7 años como maldición de un pueblito donde todos temen por sus vidas. Si uno se pregunta cómo puede una niña matar adultos, la respuesta está muy bien respondida en el filme. Es con una energía sobrenatural que induce al suicidio. Hay una escena donde un recorrido se repite muchas veces y sale un doble. El genio Bava propone varias escenas de éste calibre imaginativo. La pelotita sola rodando por arte de magia con la que juega la niña fantasma también es tremendo momento de horror, repetido muchas veces en otras películas del género. La niña muerta acercándose a conversar, desapareciendo y apareciendo más lejos, todos momentos mágicos del género. La bruja del pueblo, Ruth (Fabienne Dali), enfrentando al mal, proponiendo superstición. El doctor incrédulo, hombre de ciencia, no creyente en maldiciones, enfrentando algo inaudito para él. El doctor Paul Eswai (Giacomo Rossi Stuart) es valiente pero débil frente al mal. Hay una lucha por no creer en lo sobrenatural propio de los foráneos racionales. Pero la superstición se impone. Es cine gótico en toda esencia y magnificencia, enterrando cadáveres malditos con monedas en el corazón para evitar resurrecciones diabólicas. Es el camino del que no cree y del que recupera un pasado oscuro. Es la sorpresa y justificación plena final. Es la tortura hasta la muerte.