jueves, 23 de noviembre de 2023
The Happiest Girl in the World
Éste filme del 2009 es el debut del rumano Radu Jude, como se suele señalar al hacerlo en el largometraje, su entrada en la nueva ola rumana, a cinco años de apuntarse el inicio de ésta nueva ola, y a 4 años de hacerse conocido el movimiento con el triunfo de la popular e hito The Death of Mr. Lazarescu (2005) de Cristi Puiu al alzarse con el premio Un Certain regard del festival de Cannes 2005. El debut de Radu se ve claramente como un filme primerizo, pero aun así interesante y bien hecho, bastante simpático, instalado en la cotidianidad del cine rumano, retratar la normalidad de la gente rumana. Hace uso de varias tomas largas, estáticas y a ratos diálogos demasiado extensos, que hablan de cierto toque primerizo, mostrando artificialidad, como buscando ser arty y denota cierta antinaturalidad, aun cuando uno pensaría que porque se deja correr la cámara imitando el tiempo real sería todo lo contrario, pero el efecto artístico es el opuesto, denota artificialidad e imperfección, aun cuando las conversaciones no son malas tampoco, pero gritan por un recorte, ya que el cine es el buen uso del tiempo, construirlo, más allá de adjudicarse un toque inmediato arty o de cine exigente. El filme luce antinatural con estos aspectos técnicos porque en general es bastante sencillo de seguir, luciendo una historia en sí atractiva, porque lo que se nos cuenta es muy humano, muy empático, desde lo simple, que va de una joven de 18 años que gana un auto último modelo en un concurso hecho por la marca de un jugo nacional y ella para recibir el carro tiene que hacer un comercial donde deberá promocionar la bebida y dar a conocer la entrega del premio. Delia (Andreea Bosneag) se transporta con sus padres en su viejo auto hasta la capital rumana, Bucarest, para cumplir con el contrato del regalo. Pero los padres tienen en mente otra cosa, quieren vender el vehículo ganado para hacer un negocio familiar. Ellos son pobres y quieren de verdad a su hija, pero ellos ven el premio como una oportunidad de inversión para el futuro donde incluyen pagarle la universidad a su hija y hasta después con las ganancias darle otro carro. Pero Delia como toda chica joven piensa en manejar un bello auto y que sus amigos se maravillen con ella, quien pinta, como bien se dice, de una chica común y corriente. Entra de esa manera en pelea con sus padres que tratan de convencerla hablándole, pero la muchacha se mantiene fastidiada y terca sin caer por ello nunca mal por su actitud, que es propia de su edad. Siente que es una injusticia quitarle algo que es suyo, y no le importa mucho su actual estado económico familiar ni ninguna oportunidad de progreso, tampoco que todo vehículo es gasto. Hay muy buenas argumentaciones de los padres; y Delia tampoco se defiende mal, aunque se exhibe algo inconsciente. Entre todo esto vemos como se graba el comercial del jugo, y muchos contratiempos y detrás de cámaras con los trabajadores y gestores del spot. Como se ve es un filme muy sencillo, que queda dentro del estilo de historias que suele contar la nueva ola rumana y que la han hecho tan atractiva, aunque aquí con un cierto toque técnico arty que más bien hacen menos interesante el filme, pero que en el quehacer del comercial y la narrativa general de la pelea familiar posee más que suficiente riqueza para ser una buena propuesta, que maneja muchos distintos momentos con el spot, con las consabidas mil repeticiones y un millón de pequeños contratiempos inmersos en el ansiado profesionalismo y buscado éxito de la marca y el trabajo de publicidad, mientras calles muy concurridas de Bucarest hacen de fondo, puesto que el comercial se graba en plena calle. Andar por la urbanidad capitalina es un super plus, donde Radu maneja mucha cotidianidad, a ratos medio neorrealista con su cuota Pasolini. Delia pasea su fastidio (o desilusión juvenil) queriendo sostener paciencia y tranquilidad de cara a ir y venir del rodaje del comercial. El equipo de publicidad se ve muy campechano, así como Delia, nada pretenciosa. Los padres imponen tremenda austeridad pero de esa gente humilde clase media baja, educada, respetable. A través de éste premio vemos como la joven protagonista entra de lleno en cierto estado de madurez o reconocimiento de la frustración y las ausencias existenciales que viene con vivir, crecer.