jueves, 13 de agosto de 2020
Black Sunday (La maschera del demonio)
La Maschera del demonio (1960) le ganó a Mario Bava el respeto de los amantes del cine y del terror, lo dio a conocer en el mundo y es un hito en el cine de terror gótico. Una bruja es ajusticiada por la inquisición liderada por su hermano y jura vengarse de su descendencia. Pasan 2 siglos y ella está a punto de resucitar en el cuerpo de una doble de su apariencia física, interpretada por Barbara Steele, la mujer de los ojos penetrantes. Es una película llena de muertes impresionantes, como un cuerpo quemándose hasta perecer u otro pendiendo de una soga de una puerta tras ser estrangulado. Hay brujería y hasta vampirismo. Hay una resucitación de una tumba -en todo detalle- que es puro terror, puro arte, al igual que cuando vemos las cóncavas de los ojos vacíos de la bruja con pequeños alacranes caminando por dentro. También está la gota de sangre cayendo sobre el ojo hueco, clásico señalamiento de resurrección de los vampiros. Pero igualmente tiene su propio folclore, como hundir una punta en el ojo izquierdo del ser poseído para salvarle el alma del control del demonio. Se ven algunas escenas que se repiten en otras películas futuras de Bava, está toda la esencia de su maestría -mientras se consolida en solitario tras acompañar a otros directores anteriormente sin acreditarse como realizador-. El cuerpo hallado muerto a orillas del río también es de una representación gloriosa, un clásico. Cuando martillean la máscara con clavos sobre el rostro de la bruja sientes escozor, inquietud, es un momento breve pero bastante impactante. La escenificación gótica de la inquisición haciendo justicia con la bruja y su compañero es tremenda apertura, en un filme hermoso y entretenido para los más fanáticos del género. Bava está lleno de detalles, no es un par de escenas y ya, es todo el paquete completo.