sábado, 2 de agosto de 2025
La mujer insecto (Nippon konchuki)
El título del filme hace alusión a la difícil sobrevivencia económica de una mujer en un mundo regido por hombres. Ella es una mujer del campo que es embarazada a la fuerza, luego abandonada por éste que se convierte en su marido y expulsada del trabajo tras su amante ascender de puesto en una textilería. Es entonces que Tome, interpretada por Sachiko Hidari, en la performance más celebrada de su carrera, ganando un oso de plata por mejor actriz en la Berlinale, decide irse a la gran ciudad. El filme hace hincapié en que los hombres son abusivos y aprovechados en general, muchos ayudan a cambio de favores sexuales, aun cuando disimulan las formas y las amabilidades. Pero se ve también aunque a una mujer sola le es arduo sobrevivir en ésta época, partiendo de comienzos del siglo XX, que ella accede a esos abusos y aprovechamientos, se acopla sin reclamar demasiado -¿o a quien?- y es parte de ese mundo de corrupción ofrecido por el machismo y el poder. El título habla de la sobrevivencia de alguien muy pequeño frente a un universo enorme y a cierto punto donde hay que buscar doblegar el miedo de existir, salir a pelear como se puede y en eso entra a tallar muchas faltas a la ética y que nos rebota de cierta manera al avalar el abuso. Se dice que la prostitución es rentable, que fuera de ella te esperan como 6 trabajos y mucha explotación. No vemos violencia, sino una resignación interesada. Tome es el insecto que enfrenta la muerte frente a tanto depredador gigante, y en eso ella parte buscando alimentarse y vestirse, y un hogar donde vivir, pero poco a poco esto se vuelve en ambicionar más, a gustarle el dinero, y ella misma se convierte en un ente poderoso a un punto y abusivo igualmente. Empieza como housekeeping de un burdel oculto y termina engañada para que se prostituya (hay perversa ironía con la virginidad), pero rápidamente se adapta y se vuelve mano derecha de la dueña. Logra aprender y se saca de encima a su jefa, la reemplaza. No obstante se debe a un hombre de negocios que la manipula. Éste mal hombre no duda en seguir prostituyéndola de vez en cuando. Tome va a una iglesia nipona tradicional y contradictoriamente, cuna de algunos cínicos, de ahí es descubierta para la prostitución. La señalan como si llevara un karma, que anida en ella a ese respecto el castigo/pecado de la lujuria. Tome por momentos puede ser perversa de lo astuta y pícara que se presenta. En otros ratos se ve frágil y golpeada por su entorno, como si encima de su persona hubiera siempre alguien más frío y cruel corrompiéndola, síntoma de cierta esencia social. Tome le dice a una amiga suya del pasado que ve en ella ese mismo rasgo de facilidad para pecar de su propia personalidad y pronto hace que se prostituya hallándole clientes como su manager. Midori (Masumi Harukawa) tiene un novio que tiene un aspecto un poco de tipo idiota (bajo la imagen clásica de un leñador), de los que pintan de muy sensibles, pero no obstante permite que ella se prostituya de lo más tranquilo. Hasta ahí llega lo terribles que son en esencia muchos tipos con las mujeres. Midori es guapa y voluptuosa pero está realmente enamorada, pero como bien dice Tome, Midori es una chica de esencia fácil, lujuriosa. Es otra que se adapta sin problemas a la prostitución. El filme las hace ver simpáticas como personas, pero sin duda es de esa gente que rompe los modelos habituales y son fácilmente corruptas, pero no lo parecen a simple vista. El padre de Tome en el relato no es su padre real, es el tonto del pueblo, pero no obstante estos tontos pueden ser unos verdaderos bichos, como cuando "inocentemente" el padre le pide leche a Tome, que le deje besarle las tetas, y ella, que a mucha corrupción la ve de lo más normal, accede, hasta públicamente. Shohei Imamura si bien usa formas clásicas en su narrativa es bastante pesimista con la humanidad. Es el opuesto, igual de exagerado en otra dirección, que Yazujiro Ozu. Imamura hace ver normal adaptarse a la corrupción y éste es un retrato que no se siente sano, que descree de la humanidad, es un realismo parcial, pero él da a entender que es dominante, y se diría que si bien su mirada vale, falla un poco vista como normalizada o muy general, así como el idealismo puede ser ilusorio cuando se ve como si fuera lo único. Es una película a complementar con otros mundos, otra parte de nuestra idiosincrasia social y humana. El cine justamente es eso, no una mirada, sino muchas miradas, muchos estudios, muchas perspectivas, muchos universos. He ahí su riqueza, cotejar diferentes puntos de vista, diferentes ubicaciones, diversas contemplaciones, diferentes cines, lo cual es bueno, porque hace que uno no se canse, ni que el séptimo arte se agote o se pierda en el millón de repeticiones, si bien tampoco hay que plantear pseudo (forzada, vacía) originalidad, sino que el cine se sustente de verdad. El cine está para hacerte pensar, el arte real nunca existe para dejarse llevar, consuelo de tontos, si bien el entretenimiento puro y duro es para simplemente alegrarse/empatizar con lo casual o la intensidad. El cine como arte es comprensión, meditación, visión, y el trabajo nunca está dado completo, es un diálogo con el intelecto, nunca un dogma.