lunes, 9 de diciembre de 2024
Los Payasos
Inicialmente pensé que éste filme se iba a burlar de la falta de talento, de intentar hacer algo y que fallemos miserablemente, pensaba sería una especie de comedia de las que se burlan de otros, ajenos a quienes somos nosotros se daría a entender, pero ha sido ver que éste mockumentary se enfoca más en querer fomentar una historia con intentar sacar adelante un proyecto cinematográfico, lograr construir algo propio, que halle valía, dentro de una exhibición de cierta perseverancia pero sin exagerar la nota, la realidad. Lucas Bucci, director real de éste mockumentary interpreta a un director de un corto llamado Los Payasos, un corto que muestra a un payaso rompiendo una computadora. Esto a todas luces indica que el corto de Bucci es pésimo. No obstante buscan algún tipo de reconocimiento contra todo pronóstico. Bucci, con el codirector real del mockumentary, Tomás Sposato, que en el relato hace de camarógrafo, aplican a varios festivales. Ya no importa cual, pero que alguno los llame. Finalmente sucede. Son invitados a uno desconocido en Brasil. Junto a uno de los actores del corto ficticio, Jerónimo Freixas, los tres se embarcan a viajar al festival, pero para ello planean hacer un documental del viaje, hacer otro trabajo con el proceso por el que va a pasar su corto. Esto es lo más interesante del mockumentary, el deseo de plasmar algo creativo con la fabricación de un proceso artístico. Hallar sentido, sustancia a su trabajo, a la próxima oportunidad que se han creado. Es una película bastante austera, la cual podría pasar por amateur. La manera de documentar es sumamente simple, parece propio de las películas caseras, con algunos ratos mal encuadrado, algunas secuencias muy cortas, varios momentos de poca trascendencia, pero con el respaldo de una edición, una seria construcción narrativa, como se deja ver además dentro de los diálogos. Pero así mismo es una propuesta que maneja simpatía, empatía, carisma, entre los 3 amigos, entre la interacción de los 3 personajes, director, camarógrafo y actor. Se puede pensar que ha existido improvisación, y les ha ido bien digamos, consiguen entretener, contener complicidad con el espectador, con su aventura, con momentos cotidianos alrededor de su viaje. Ya el festival es anecdótico, no pasa por mucho dolor. El productor es Nestor Frenkel y pueden haberse asesorado algo con él, que hace algo parecido, aunque mayor. Es una película que no es sarcástica con el ámbito de la derrota, no pretende ser canchera, estar por encima del resto, sentirse superior ante las carencias ajenas. Todo esto está bien manejado, el filme apunta a la calidez humana, a apostar por algo que no vemos que no es tan genial, pero sin caer en el escarnio de la ilusión o falta de visión. ¿Cuánta gente se va a sentir perdedora antes de jugársela? y así hasta quemar el último cartucho. Igual, como se llega a hablar, algo bueno se puede sacar de todo lo que conlleva dedicación, entrega, meditar el proceso artístico, y ahí hay calidez humana, empatía, sin caer en el sentimentalismo barato, en la empatía de manual, en el discurso facilón reconfortador. Todo se ve como una aventura, está la playa, el bar, la camaradería, para otros la marihuana, la cerveza, alguna chica. El mockumentary es un canto de buena onda. No coquetea con hacerte ver un perdedor, sino muestra un ambiente de tomar siempre el devenir con relajo, tal cual la voz sabia de Rudyard Kipling en If.