martes, 4 de junio de 2024
Joe’s Apartment
Una de las primeras películas que vi en una sala de cine fue Gremlins 2: The New Batch (1990). Se debió a un cumpleaños. Fui muy interesado porque había visto en tv, Gremlins (1984), de la que muchos compañeritos del barrio comentaban, y efectivamente la primera es una maravilla del séptimo arte. La secuela no estaba en su mismo nivel, pero estuvo divertida. La segunda hace mucha más hincapié en ser una comedia, en tomárselo todo muy ligero, en no tomarse en serio, sino muy irreverentemente. Así muchos cinéfilos hemos crecido o desarrollado amor por el cine a través de las comedias ligeras del cine americano, que muchos tienden a desmerecer oficialmente, o por ponerse o creerse serios o profundos no las suelen mencionar con entusiasmo, más allá de un entorno muy relajado y superficial que suele asociarse con el espectador casual. También porque la comedia ha dado copias o emulaciones bastante malas en demasía. Su popularidad y deseo o facilidad de llegar a muchos ha hecho que se hagan productos sin ningún tipo de arte u originalidad, en cierta manera han malogrado el nicho digamos o su trascendencia. Es así que hoy en día es raro ver una comedia ligera decente, sobre todo en Hispanoamérica. Muchos casi como un reflejo desmerecen la comedia ligera en general, pero realmente hemos crecido muchos disfrutándola. Es bueno disentir a veces, no aceptar absolutamente todo lo que se quiere proponer como oficial, o por ende caer en la inmediata repetición, sobre todo si con ello traemos una opinión positiva o que nos mejora o implementa sobre algo. Es bueno tener también opinión propia, pensar por uno mismo, o proponerle a otros otras opiniones. Siempre sosteniéndolo con argumentos, si queremos hacer pensar a los demás, que puedan aceptar otras opciones. Joe´s Apartment (1996), del americano John Payson, quien a la vera de ésta película no pudo despegar mucho en el cine, es una propuesta que la crítica oficial hizo puré, incluido el crítico más popular de EEUU, Roger Ebert. No obstante es una de esas películas que muchos quienes la ven la hayan muy entretenida, por comentarios que se pueden recoger en internet, si bien se trata de una minoría. En el presente pocos la conocen en realidad. Es una película en cierta manera tal cual anuncia el título de la traducción española, El cuchitril de Joe. Es un filme que puede caer como desagradable y es algo difícil de defender, puesto que es la interacción de un muchacho con cucarachas, insectos que a todas luces son visualmente muy incómodos y representan un rechazo obvio, aparte de que se les identifica con la suciedad literalmente. Y en éste filme no nos van a engañar, pero van a entablar una curiosa (harto friki) y muy libre amistad con las cucarachas, que de cierta manera es como presenciar la película Los Pitufos (2011), con mucho mayor logro de Payson como obra y hasta con notables efectos especiales, los mejores de su época. Joe (Jerry O´Connell) es un chico que se traslada en ómnibus solo de Iowa a New York, y recibe en cierta manera una cachetada de realidad social, si bien él es muy flemático, muy relajado, muy resiliente, como justamente se ven a sí mismas y así lo expresan las cucarachas de éste filme, con el never give up muy bien explicado y asumido en sus existencias, con respecto a su lugar en el planeta, que muchos anticipan llegaran a conquistar, por su cualidad innata de sobrevivientes a toda costa, a toda prueba, frente particularmente a la humanidad -que se cree desaparecerá antes- y aquí se permiten bromear hasta con la interrelación entre especies, invocando una diplomacia improbable. De ésta manera queda para reflexionar un mensaje humano de lucha contra la crueldad y dureza del mundo, la dureza de vivir, desde una exposición sin ningún fuerte drama de por medio en pantalla. Ésta es una comedia hecha y derecha, en varios ratos de poderoso humor negro, y no se baja de ese carro nunca, inclusive como trata la peor criminalidad de radicar en un barrio lumpen, peligroso, habitualmente triste y complicado, de New York. Joe terminará viviendo de lo más tranquilo en un apartamento bastante descuidado, muy sucio, muy abandonado, donde viven cerca de mil cucarachas. Conseguir apartamento barato también es toda una hazaña, ya desde ahí el filme juega claro sus fichas, con un sarcasmo que tiene mucho de políticamente incorrecto, pero también de muy real por debajo del humor, y al mismo tiempo, aunque las cucarachas son definitivamente difíciles de ver, se asume como una película familiar si se quiere, amable, para matarse de risa, hasta de lo que no suele ser gracioso pero que termina funcionando. Tomen en cuenta que es una película que produce MTV. Visualmente el apartamento que consigue Joe es tal cual un cuchitril. Joe no lo limpia, vive de manera que las propias cucarachas, que hablan y todos les podrían escuchar, si bien no lo hacen seguido porque nadie quiere oírlas, inmediatamente quieren pisotearlas, lo llaman un príncipe, le dicen irónicamente alguien con clase. Las cucarachas gustan de Joe, quien es a pesar de su suciedad, su rápida adaptación a ello, y su conformismo extremo, un buen tipo, una persona de las que suelen estar siempre contentas o son positivas, a pesar de todo, y que se le puede asociar el porqué entabla semejante vinculo tan especial con las cucarachas, aunque enojándose también y donde en la propuesta en repetidas oportunidades a la muerte no se le teme convertirla en humor negro. A Joe lo ven las cucarachas como si fuera uno del clan, del clan friki del planeta, pero de los que tienden puentes hacia todos, por la personalidad natural que tiene (y que muy bien lo refleja la expresividad de Jerry O´Connell), más que otra cosa, como igual pasa con la chica de la que se enamora (una bella Megan Ward) quien en su trabajo siente la frustración y los problemas económicos ajenos y de esto que quiera aportar su grano de arena para que todos habitemos mejor la sociedad, el universo. Ésta identificación de identidad de Joe con las cucarachas sin duda no es habitual, es ingenioso, y no es para dar pena. No lo desmerece por una buena parte, más allá de ser tildado de poco aseado para que suceda. Ese humor de comer con cucarachas (hechas por computadora) muy próximas a los alimentos e incluso dentro de ellos, si lo pensamos bien es arduo de digerir, es brutal, corrosivo. Puede afectar algunas susceptibilidades si bien el filme pasa por coherente en sus propias reglas, con su infaltable fantasía. No porque hablen las cucarachas que Joe puede estar loco (y eso también suena muy neoyorquino), aunque no va de ello, sino como cuando se arregla el barrio (adelantando el futuro de ese afecto social del que se le tiene) o sabemos de la existencia de un canal de tv. hecho literalmente por y para cucarachas. Aparte de que Joe representa a la juventud y a esa efervescencia y anarquía tan propia de la edad, pensemos estamos en un filme que les da un lugar que no tienen a las cucarachas que se puede entender como una oda hacia éstas, y a lo fantástico y lo atípico que sólo la originalidad y libertad inclasificable de la palabra Cine puede otorgar, que hasta las vemos bailar y cantar como en un musical, donde se hace referencia a varios clásicos y escenas típicas del género. Así mismo estamos tratando con una comedia romántica a la vera de la amistad con cucarachas. Otra virtud de ésta obra es que todo es frontal, no requiere de simbolismos, y así es una buena película.