domingo, 26 de diciembre de 2021
The Matrix Resurrections
Matrix Resurrections (2021), de Lana Wachowski, es la 4ta de Matrix tras 18 años de las 2 últimas, es sin duda un suceso, y ésta película no está gustando, no ha gustado, pero se nota que será una película de culto a la larga. Ésta no es una película perfecta, pero es más que decente, es una buena secuela. En ella te explican todo lo anterior, se alimenta mucho de su pasado, de su propio pasado, de las tres obras anteriores, pero luego agrega algunas nuevas ideas al concepto ya cimentado de Matrix. No es un aporte grande, pero suficiente como para entender su existencia como película, cosa que se discute en el filme, cuando Neo (el gran Keanu Reeves) se ha vuelto famoso y rico creando un videojuego que es la trilogía de Matrix. Como pertenecen a un estudio o productora de videojuegos analizan en metacine varias cosas con respecto a hacer una película. Debaten la razón de hacer una cuarta propuesta, ironizan mucho, rajan del hambre de dinero y superficialidad del cine más popular. Discuten que el cine es grande y Matrix dentro porque se hace uso de trascendencia, de filosofía, de sustancia y no solo de acción y espectáculo, lo cual ciertamente es discutible, el cine para entretener puro y duro también es noble y valioso, muchas veces necesitas de esa acción sin más, como de esas películas de terror sangrientas, y esa desconexión y super relajo. Pero obviamente el cine e incluimos el más popular, made in Hollywood, también requiere de la magia de la trascendencia, del cine popular con autoría, de riesgo y originalidad. El séptimo arte es un conjunto de muchas partes, buenas desde su lugar, es el canto de la diversidad, del eclecticismo cinéfilo. El filme juega un rato a la ironía, al metacine, a que Matrix es una película, videojuego o programa, es lo mismo, y su razón de ser, su valía. En otro momento se dice que el ser humano es muy loco, muy imaginativo y tiene hambre de ficción, tal cual la vida, la simulación, le aburre. El nuevo tema es hacer de la Matrix un mundo mejor para todos, Matrix 4 habla de convivencia, entre Anderson (lo real, Reeves) y Smith (lo virtual, ahora Jonathan Groff), volviendo al cauce clásico, a controlar la cabeza mecánica o el programa del mundo virtual, representado en el analista (Neil Patrick Harris), el que piensa, y ha aprendido a valorar a Neo, quien -ya más viejo y un hombre un poco cansado, aunque aun sabe kung fu, como él mismo dice- solo quiere rescatar a Trinity (Carrie Anne Moss), algo "pedestre" pero indiscutiblemente necesario como el amor. Neo es una leyenda, y puede que el nombre en la nueva Matrix se base sobre todo en su fama. No obstante Keanu Reeves actúa con semejante entrega, compromiso y nobleza que su personaje sin duda está en lo alto de cualquier cinefilia. Lo demás, la acción es para pasar el rato, aunque lo de los suicidios usando cuerpos como proyectiles tiene su novedad y gracia. Hay nuevos nombres que pueden no ser tan geniales, igual las anteriores Matrix también tenían un poco el mismo defecto, algo de sentir de relleno, pero finalmente cumplen su pequeña función. El nuevo Morpheus, su reconexión, conceptualización y renacimiento, y desvinculación del rostro de Laurence Fishburne, así como de Hugo Weaving (que igual son míticos), también tiene de notable, así como esa figura a través de la desintegración y aparición de átomos. Groff en particular está muy bien en su papel, maneja virtuoso la ironía y cierta vanidad -marcas de la casa, de Smith-. El resto del equipo no será en realidad tremendo aporte, pero hay un sentido, serán superficiales pero igual todo grano de arena contará al final. Las máquinas del mundo real también manejan su atractivo, aunque lo importante en realidad esté en el mundo fantástico de lo virtual, es decir el mundo como lo conocemos. Nota aparte es la pelea entre el nuevo Morpheus y Neo que está muy buena, con su toque a lo Dragon Ball y medio kung fu de los 70s, retro, con un Reeves que como todos manifiestan envejece bien (incluso hay una broma de ello).