domingo, 20 de junio de 2021
Al morir la matinée
No es una película rompedora u original, pero exuda cinefilia, homenajea al giallo, desde ver pósters de películas de Dario Argento hasta ver en acción a ese asesino serial llamado el come ojos. Es una película con mucho gore, pero a estos momentos les falta cierta vitalidad, cierta espontaneidad, pero se nota el interés por crear escenas con imaginación y que produzcan impacto, cosa que le falta un poco por su cierta rigidez estética, pero sin embargo no son momentos desechables, tienen su gracia. El filme también celebra el rito social de ir al cine, sobre todo en tiempos de pandemia donde a muchos les aflora la nostalgia. No será Goodbye Dragon inn (2003), pero entretiene y hay su cuota de empatía. Las actuaciones son muy de cumplir, no sobresalen, pero permiten armar la historia, teniendo en cuenta que se toma su tiempo en presentar personajes y anécdotas aunque muy básicas. Ciertamente falta novedad en esto, en concebir personajes y anécdotas, momentos memorables, pero el asesino tiene su carisma, aunque, desde luego, más como curiosidad de hacer cine de terror y fantástico en latinoamérica que otra cosa. La trama, los asesinatos, se desarrollan en una sala de exhibición, están viendo una película de Frankenstein en estilo cine B. Éste filme que ven acompaña bastante la película y le da cierta dimensión. Ese filme que ven se ve más fresco, más libre, aunque luzca aparentemente más imperfecto, más cutre. El uruguayo Maxi Contenti, el director de Al morir la matinée (2020) tiene cinefilia, pero le falta soltarse, ser mucho más relajado.