La nueva película del maestro del cine de acción Johnnie To
es una película que demora en proponer acción. Una hora de película tiene que
pasar primero para contextualizar la trama, moviéndose alrededor de una
neurocirujana, la Dra. Tong Qian (Wei Zhao), proponiendo una crisis profesional
y emocional a la Doctora. Algunos pacientes y familiares le reclaman sus
pérdidas, aunque ésta mujer hace su trabajo con pasión, bajo una ética
irrompible, pero las cosas le salen a veces mal, y debe aceptar que su trabajo
es así.
En la otra parte, la parte emocionante y la que importa mucho más, tenemos a un
criminal con una bala en el cerebro que se niega a operarse, mientras sus
secuaces andan sueltos y prometen violencia. Más tarde irán en busca de su
compañero. El criminal lo interpreta Wallace Chung, y es un criminal con aires
de intelectual, suele dar citas célebres, pero esto en realidad más que darle
identidad y carisma le hace ver efectista y petulante. Más pesa la audacia y la
picardía que maneja como criminal, de estar atento para escapar, y de paso torturar
psicológicamente al policía que le disparó, el inspector Ken (Louis Koo), que
tiene miedo que lo vayan a delatar, porque disparo sobre el criminal desarmado.
El filme plantea una decisión moral, acabar con esta
pandilla de criminales y erradicar la posible acusación o cumplir con su deber,
cuidar y salvar la vida del criminal capturado. El filme demora en llegar a la
potente balacera que plantea el rescate y el pedido de ajusticiamiento del
inspector Ken, en la estela de High Noon (1952) y Rio Bravo (1959). La acción
es expuesta en cámara lenta, luego también hay mucha emoción en la definición
del filme. Pero antes la propuesta genera abulia, salvo que el espectador sea
de los que disfruta de esas series sobre médicos que abundan en USA y le caiga
como anillo al dedo todos los dilemas que pasa la doctora Tong en su
especialidad profesional.
Los que admiramos a Johnnie To por su poderoso cine de
acción sentimos esa primera hora. No obstante se desliga un poco de la espera
del rescate o una posible fuga y ésto se presenta de “sorpresa”, aunque si seguimos
al pie del cañón es justamente esperando acción. El filme pudo acortar su contextualización
–detallada- y hubiera quedado mejor, pero la última media hora finalmente paga
un poco la primera hora. Tanto la parte del hospital como la del criminal hablan
de lo mismo, de la moral y la ética, pero aunque Johnnie To ha hecho ambos
cines en su carrera, el To que uno quiere es el que hace con Koo y Chung, y le
falta.