jueves, 6 de noviembre de 2025
Three Days of the Condor
Robert Redford falleció el 16 de setiembre de éste año. Fue uno de los grandes actores de la historia del cine americano y uno de los grandes promotores del cine independiente. Tuvo una carrera extensa y varias películas de calidad. De las mejores interpretaciones que diera dentro de su filmografía está Los tres días del cóndor (1975). También posiblemente la mejor película del director americano Sydney Pollack. Adapta la novela más célebre del americano James Grady, Los seis días del cóndor (1974). Éste es un thriller de espionaje. Robert Redford no tiene necesidad de inventar una imagen que no le pertenece. Hace de un tipo que trabaja en una agencia de la CIA donde revisan/analizan textos literarios de alrededor del planeta. Podría adjudicársele que hace de un nerd, y encima amante del cómic, como de la tira del periódico dueña de su investigador favorito Dick Tracy, pero no lleva la figura cliché, porque Turner (Redford) se convertirá en todo un agente de la CIA hecho y derecho, más que un lector de libros. Turner es además un seductor neto, muy confiado en sí mismo y por ello relajado, gestor de la palabra precisa, como llegamos a ver. Las mujeres fácilmente se enamoran de él. Se hace una mención "sutil" de ello con el amigo intermediario. De esa manera hace de muy buena pareja la hermosa Faye Dunaway, la que se muestra de mujer sencilla, pero no tonta, con sus seductores 34 años. Tiene la carrera de fotógrafa, y se le coloca un lado artístico y existencial, aunque básico, funcional. Turner no tiene nada de extraño o extravagante, es siempre muy normal, clásico, encima es muy correcto. Dicen que hasta es un sentimental, pero puede ser rudo, aparte de que es muy inteligente. Se llega a saber que tuvo entrenamiento militar con lo cual justificar su fisicidad y su desenvolvimiento a lo James Bond natural, más pedestre. Ahí lo vemos intervenir teléfonos con cables públicos como seguir las líneas importantes con una computadora. Él logra dar tremendo revés y prácticamente en solitario enfrentarse a la comunidad de espías y asesinos a sueldo, contra un estupendo Max von Sydow como un asesino pagado alemán, un freelance, que da la curiosidad tiene un lado noble o justo (cuando se ganan su respeto), cuando es habitualmente muy frío para cumplir con los mandados. El filme es el descubrimiento de una extraña y silenciada masacre, donde mueren 6 personas, y luego se asesinan más por fuera. Interesante también el personaje del cartero asesino a sueldo (un fornido Hank Garrett). Se da una pelea cuerpo a cuerpo muy buena de paso. Turner empieza muy simple, sorprendido por completo. Se salva por mera casualidad, al salir, producto de la lluvia, por una puerta trasera de su lugar de trabajo. Arranca, lógicamente, muy inquieto, muy preocupado por todo, como cuando lo vemos en la calle sospechando de todo rincón, hasta de que le puedan sacar a lo gánster una ametralladora de un cochecito de bebé, mismo Los Intocables (1987). Pero poco a poco va cogiendo valor, fuerza, mostrando su audacia, y se dispone (entra en consciencia) para su propia investigación, la cual resulta algo increíble, que un hombre en solitario pueda llegar a averiguar unos negocios "sucios" de la CIA. Cosas habituales para la época, a los que se les llama irónicamente juegos, que son de estrategia política y recursos, cosa que cambia del libro original, por una denuncia más frontal. Entonces enfrenta a la CIA, hasta a lo Todos los hombres del presidente (1976), donde no sorprende que lo hayan contratado a Redford para hacer de Bob Woodward. Pero al mismo tiempo está expuesta la obra con verdadera sencillez que uno puede entenderla sin ninguna dificultad. Y en ese trayecto disfrutar de la maestría de su narración popular y sentir la fascinación por un excelente thriller. Es una película de ese ritmo glorioso que maneja el cine americano, donde uno nunca siente el tiempo. Siempre estás atento, entretenido, interesado sin esfuerzo. Es de esos filmes célebres donde abundan las novedades, las sorpresas, los giros, las emociones, justificadas/os porque éste es cine con mayúsculas. Uno entiende porque el cine americano es tan popular. Son éstas obras que cimentan su lugar. No se puede negar su cualidad para contar buenas historias y tener temáticas no solo subyugadoras sino narrativas entretenidas realmente. Acá no tiene nadie que convencerte o que tengamos que convencernos o que uno tenga que hacer un esfuerzo en particular. Es un filme glorioso tal cual, algo palpable. Hace fácil lo difícil. Si a algunos para su época no les gustó se le puede adjudicar a su idealismo que puede chocar con quienes son más ratas. Es una película muy bien contada, completamente solvente desde el arranque hasta el final, una película perfecta. Por ratos parece que será el relato de un típico loco neoyorquino, hasta Kathy (Dunaway) lo suelta muy sutilmente en una conversación, pero el filme cambia de registro y se crea uno de los mejores thrillers de espionaje de la historia. Un filme no tiene que ser inexpugnable para llenar esos zapatos, como Turner ganándose a pulso su sobrenombre de espía, El Cóndor. Muchas veces la subestimación engendra gente mucho más competente.
