martes, 12 de abril de 2011

El Ilusionista

El director francés Sylvain Chomet acomete su segundo filme de animación utilizando un guión de Jacques Tati que no fue llevado a la pantalla grande, en un claro homenaje a su compatriota dedicado a la hija de Tati, Sophie. En la cinta el personaje principal se hace llamar como el famoso director homenajeado, en su apellido completo, Tatischeff, y es un mago de cierta edad que empieza a sentir la dificultad de ejercer su oficio en un mundo cambiante; es el tiempo del fanatismo juvenil por el rock y los clásicos espectáculos como el ilusionismo han dejado de estar en los teatros con asiduidad, muy pocos acuden a ver los eventos, lo que hace una difícil supervivencia en éste tipo de arte.

Con cierta emulación del estilo de Tati, un cine casi mudo, gestual, suavemente cómico y tierno, se nos pasea por la vida de éste mago que viaja por el Reino Unido tratando de encontrar lugar donde presentarse; en Escocia conoce a una jovencita pobre y solitaria que decide seguirlo como si fuera su hija; la muchacha de nombre Alice cree en la magia y suele pedirle ropa o zapatos encantada por el deseo de disfrutar de lo que no está a su alcance. El mago que pasa apuros económicos trata de complacerla y le regala lo que a ella le hace ilusión. Hay un cierto egoísmo o falta de sentido de la realidad de parte de la chiquilla y un excesivo paternalismo de parte del ilusionista que a como dé lugar busca hacerla feliz aun sin tener parentesco sanguíneo con ella. En la trama vemos personajes del medio artístico que se ven fuertemente afectados por la nueva época. La trama es un vaivén por las presentaciones del ilusionista, el cariño enternecedor hacia la pequeña y la supervivencia en medio de una realidad adversa. Las ilustraciones son muy elaboradas, con grave detallismo y belleza visual, tienen el toque del realismo en sus trazos.

La historia está plasmada con una fehaciente dulzura y rodeada de un aire melancólico o nostálgico aunque en Tatischeff yace el optimismo o por lo menos no muestra rasgos de infelicidad si bien se siente algo abrumado y cansado por algunos escollos y necesidades. El relato está muy bien manejado tanto que no hacen falta los diálogos para transmitir ideas o sentimientos lo cual es un éxito de la imitación del cine de Tati. Hay ocurrencias que vienen a ser graciosas aunque sutiles y es un dibujo que mezcla la seriedad que ronda en el mundo con la fantasía visual propia de los dibujos animados. El mago trata de hacerle creer a la chiquilla que aún existe la magia y que el mundo es un lugar hermoso, la pequeña muestra sentimientos nobles en retribución a su protector y hacia quienes la rodean en el hotel en que están instalados a pesar de su exaltada inclinación por vestir bien que es natural en la vanidad de cualquier adolescente todavía provista de un aura de inocencia porque ella aún guarda esa esencia a pesar de su patente pobreza. El ilusionista es un solitario, impoluto, transparente y educado hombre mayor de buen corazón que se identifica con la indefensión y estado de abandono de Alice a la que adopta sin muchos remilgos o disquisiciones, tampoco le impone nada y más bien es una suerte de bendición para la joven, entregándole casa, comida, ropa, paciencia, comprensión y libertad. Ese vínculo hace flotar en el aire un sentimentalismo patente que no es pegajoso ni recargado ya que las manifestaciones del ilusionista son más producto de regalos, trucos de su repertorio mágico y cuidados que próximos al sobre-proteccionismo, autoridad o a los abrazos, besos o palabras, el amor se asienta en los actos como los sacrificados trabajos extras que debe cumplir para solventar los requerimientos materiales de la joven.

Ésta película estuvo nominada a mejor animación en los últimos Premios Oscar y perdió contra Toy Story 3 (2010) lo cual es discutible -ambas lo merecen- siendo productos de diferente factura, conformación y sentido. El ilusionista es una realización madura apoyada de un contexto realista anclado al humanismo y al altruismo de su personaje principal, en la muestra del amor desinteresado en pos del rescate del espíritu más idealista, pero que mantiene una elocuencia contendiendo los pies sobre la tierra solo que disfraza la verdad para que otros encuentren la alegría, por algo el mago sigue ejerciendo su duro oficio que profesa sueños y que logra salirse del espectáculo para ser llevado al mundo; es un hombre que ya no genera admiración en un escenario, pero que no solo es apariencia, sino profundidad que se esfuerza por mantener un mensaje que lastimosamente se hace caduco y que solo puede ser reemplazado cuando el planeta se convierta en un sitio mejor, por eso aparece la carta confesando que no existe la magia, como forma de crecer, siendo la idiosincrasia de la vida. Finalmente el ilusionista sigue su ruta como el ángel que ha cumplido su misión.